Estados Unidos.- Margaret Qualley no solo destacó por su interpretación en La Sustancia, que le valió una nominación al Globo de Oro, sino que también enfrentó desafíos físicos extremos derivados de su caracterización.
Mediante el podcast Happy Sad Confused, conducido por Josh Horowitz, la actriz reveló que las prótesis utilizadas para transformar su rostro durante el rodaje le provocaron graves problemas en la piel.
"Por ejemplo, en la escena en la que mi personaje camina feliz por las calles de Los Ángeles y se ven palmeras de fondo, está filmada desde abajo porque mi cara estaba tan arruinada que no podían mostrarla en su totalidad", reveló.
El profundo acné provocado por las prótesis persistió incluso después de finalizada la filmación y afectó su siguiente proyecto, Tipos de gentileza, dirigida por Yorgos Lanthimos.
"Entonces, ¿viste el personaje que tiene todo ese acné? Era solo el acné que me causaron las prótesis. Y pensé: 'Bueno, esto es perfecto. Estoy interpretando a todos estos personajes diferentes; para uno de ellos usaremos todo mi acné protésico loco'. Probablemente, me llevó un año recuperarme físicamente de todo eso", agregó.
Pero las prótesis faciales no fueron el único elemento transformador en La Sustancia. En una entrevista con The Sunday Times, Qualley reveló que utilizó pechos falsos para lograr la figura de "bomba ochentera" que la directora Coralie Fargeat imaginó para su personaje, inspirado en íconos como Jessica Rabbit.
"Desafortunadamente, no existe una poción mágica que hagan crecer o disminuir los senos, así que tuvimos que pegarlos", dijo Qualley.
"Coralie encontró un equipo protésico increíble para dotarme de los mejores pechos que tuve en toda mi vida", recordó.
Su coprotagonista, Demi Moore, también enfrentó cambios radicales en el filme. Con prótesis diseñadas por el experto en efectos especiales Pierre Olivier Persin, Moore se transformó en una anciana con arrugas exageradas. Ambas actrices recordaron la complejidad del proceso, destacando el tiempo invertido en maquillaje, que llegaba a durar hasta nueve horas por sesión.