Santiago.- Un emotivo momento se vivió durante un reciente concierto de Yuri en Chile, cuando la cantante mexicana sorprendió al público al rendir homenaje a una de las figuras más queridas de la música romántica latinoamericana: Myriam Hernández.
La intérprete chilena asistió al evento acompañada de su esposo, Jorge Saint-Jean, ocupando un lugar en primera fila, sin imaginar que se convertiría en la protagonista inesperada de una de las escenas más comentadas de la velada.
En medio del espectáculo, Yuri detuvo por un instante su recorrido musical y dirigió una mirada directa hacia la zona donde se encontraba Myriam. Sin previo aviso, comenzó a cantar “El hombre que yo amo”, uno de los mayores éxitos en la carrera de Hernández y una canción que marcó a toda una generación.
El público reconoció de inmediato la melodía y reaccionó con entusiasmo, celebrando el gesto de admiración entre dos artistas que han dejado huella en la música latina.
Myriam, sorprendida y claramente emocionada, llevó las manos al pecho mientras escuchaba la interpretación.
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Su rostro reflejaba la mezcla de nostalgia y orgullo al ver cómo Yuri, con su potente voz y estilo característico, le daba vida a una canción que forma parte esencial de su identidad artística. A medida que el tema avanzaba, la emoción se hizo más evidente y la chilena no pudo contener las lágrimas, conmovida por el homenaje inesperado.
Al terminar la canción, el auditorio se volcó en aplausos, reconociendo tanto la entrega de Yuri como la presencia especial de Myriam Hernández. Fue entonces cuando la intérprete chilena se puso de pie para agradecer el gesto. Entre ovaciones y miradas cómplices, Myriam levantó la mano en señal de gratitud, enviando una sonrisa amplia y sincera hacia el escenario.
Yuri respondió con un saludo y un breve reconocimiento a su trayectoria, gesto que fortaleció aún más el momento que ambas compartieron frente a miles de espectadores.
Este encuentro artístico se convirtió rápidamente en uno de los momentos más comentados del concierto, resaltando la unión, respeto y admiración que existe entre dos grandes voces de la música latina.
Un homenaje simple, espontáneo y poderoso que emocionó a los asistentes y que quedará en la memoria de los seguidores de ambas estrellas.