Estados Unidos.- Después de casi 40 años liderando Vogue, Anna Wintour anunció su salida como editora en jefe de la prestigiosa revista.
La noticia se dio a conocer el 25 de junio durante una reunión con su equipo editorial, cerrando así una era que revolucionó no solo la publicación, sino también la industria global del estilo.
Aunque deja su puesto principal, Wintour continuará como directora global de contenido de Condé Nast y directora editorial mundial de Vogue, lo que asegura que su influencia editorial permanezca vigente.
Wintour tomó las riendas de Vogue en 1988, tras haber dirigido British Vogue y fungido como directora creativa de Condé Nast. Su portada debut —una modelo en mezclilla y suéter de alta costura— rompió esquemas y anunció una nueva dirección para la revista. Bajo su liderazgo, Vogue se volvió un espacio que combinó moda, arte, política, tecnología y cultura pop, catapultando a figuras como Marc Jacobs, Alexander McQueen y John Galliano.
Fue pionera en incluir celebridades en portada, una tendencia que hoy domina la industria. Su visión transformó a Vogue en la “biblia de la moda” y la consolidó como la figura más influyente del periodismo de estilo.
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Desde 1995, Wintour ha sido la fuerza creativa detrás de la Met Gala, el evento benéfico más importante de la moda. Como presidenta del comité del Costume Institute del Museo Metropolitano de Nueva York, ha definido temáticas, seleccionado invitados y convertido la gala en un fenómeno cultural global. Su talento para mezclar moda, arte y espectáculo ha llevado el evento a niveles comparables con los Oscar.
A lo largo de su carrera, ha enfrentado diversas controversias. Ha sido señalada por impulsar estándares de belleza inalcanzables, por apoyar el uso de pieles y por su carácter distante y extremadamente exigente.
En 2005, fue agredida con un pastel de tofu por activistas en París, y ha lidiado con demandas laborales y acusaciones de elitismo. Su relación con figuras como Kim Kardashian ha sido tan tensa como mediática.
Uno de los momentos más notorios fue la publicación de El diablo viste de Prada (2003), escrita por su exasistente Lauren Weisberger.
La novela —y la película protagonizada por Meryl Streep— presentó a una jefa temida y perfeccionista, ampliamente interpretada como una versión ficticia de Wintour. Aunque jamás lo confirmó, Anna asistió al estreno luciendo un atuendo de Prada, en un gesto que muchos consideraron elegante y calculado.
Nacida en Londres el 3 de noviembre de 1949, Anna es hija del editor Charles Wintour y Eleanor Trego Baker. Se casó en 1984 con el psiquiatra David Shaffer, con quien tuvo dos hijos: Charles, médico en Nueva York, y Katherine “Bee”, productora y escritora. Se divorciaron en 1999. Luego tuvo una relación de 20 años con el empresario Shelby Bryan, y desde 2023 se le ha relacionado con el actor británico Bill Nighy.
Pese a su imagen pública de “dama de hierro”, quienes la conocen aseguran que es una madre y abuela afectuosa, con humor agudo y una ética de trabajo férrea.
Anna Wintour ha sido reconocida con múltiples honores, entre ellos la Legión de Honor en Francia, la Orden del Imperio Británico y la Medalla Presidencial de la Libertad en Estados Unidos. Su imagen —el corte bob, gafas oscuras, abrigos de firma— es tan emblemática como su impacto.