México.- La Casa de los Famosos México avanza y, con ello, crecen las polémicas dentro y fuera del programa. Una de las habitantes que más ha dado de qué hablar es Mar Contreras, actriz que ha generado fuertes reacciones por sus discusiones con Ninel Conde y Dalílah Polanco.
Sin embargo, ahora la controversia alcanzó a su esposo, Julio Aguilar, quien estaría enfrentando las consecuencias del juego en la vida real.
Negocios del esposo de Mar Contreras bajo ataque
De acuerdo con declaraciones de la periodista Shanik Berman y su colaborador Quique Galdeano, los negocios de Aguilar han comenzado a recibir críticas negativas en redes sociales.
“Lo están atacando en sus restaurantes con malas reseñas solo porque es esposo de Mar. La gente se ensaña y eso no está bien”, reveló Galdeano.
Según lo dicho, estas acciones habrían surgido después de la noche de cine dentro del reality, donde Mar protagonizó momentos tensos. Incluso, se señaló que seguidores de Ninel Conde estarían organizándose en chats para lanzar mensajes negativos contra la actriz y su familia.
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Familia bajo presión por el reality
La situación no solo ha afectado a los negocios de Aguilar, sino que también los hijos de la pareja han recibido mensajes de odio en redes sociales.
Ante esto, Berman aseguró que este tipo de reacciones terminan fortaleciendo a los concursantes, recordando que no es la primera vez que familiares de habitantes se ven envueltos en ataques por parte del público.
¿Quién es Julio Aguilar?
Julio Aguilar es un empresario restaurantero mexicano que siempre ha mantenido un perfil bajo, lejos de los reflectores. Casado con Mar desde 2011, es padre de dos hijos y, pese a la exposición mediática, se ha mostrado incondicional en el apoyo a su esposa.
En redes sociales, Aguilar ha compartido mensajes de aliento para la actriz, reafirmando que su familia permanece unida frente a la presión mediática.
“Dejar que los perros ladren es señal de que seguimos avanzando”, escribió en apoyo a Mar tras su primera nominación.
La polémica demuestra cómo el impacto del reality show trasciende las paredes de la casa, alcanzando a familiares que, sin estar en el juego, también viven las consecuencias del fenómeno televisivo.