Los Ángeles.- Kanye West protagoniza uno de los momentos más explosivos y desgarradores de su documental 'In Whose Name?', cuando enfrenta a Kris Jenner en una discusión.
La escena, filmada entre 2018 y los años posteriores, expone a Ye en un estado de rabia y vulnerabilidad, acusando tanto a su exsuegra como a Kim Kardashian de haberlo hecho sentir “despojado de su hombría” durante el periodo en el que estuvo bajo tratamiento médico.
Con brutal franqueza, West lanza una frase que hiela la sangre: “Prefiero estar muerto que tomar medicinas”.
Kris intenta contenerlo, haciéndole ver que lo que se publica en internet no tiene el mismo peso que la opinión de sus seres queridos, pero sus palabras parecen encender aún más la furia del rapero.
El trasfondo de la confrontación revela una combinación de culpa, enojo y frustración que Kanye arrastra desde su hospitalización tras una crisis severa.
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Según él, nadie dentro de la familia reconoció el costo que ese episodio tuvo en su vida.
Frente a Jenner, acusa abiertamente que la única razón por la que pudieron “salirse con la suya” fue porque él estaba sedado por la medicación.
Cuando Kris intenta restar importancia a lo que la gente comenta en línea, Kanye pierde el control y grita: “¡Sí importa! ¡Claro que importa!”.
Para él, ignorar esas voces es negarle el reconocimiento de un dolor que se ha vuelto insoportable.
La tensión se suaviza apenas unos instantes cuando Jenner, con lágrimas en los ojos, le confiesa que sabe lo mucho que ha sufrido, que lo quiere, que nunca ha deseado verlo quebrado y que anhela que su hija lo ame de la manera en que él mismo quiere ser amado.
Lejos de ser solo un documental sobre una estrella, 'In Whose Name?' abre un debate incómodo sobre la salud mental, el estigma de la medicación psiquiátrica, la presión de la fama y las heridas que deja el silencio familiar.