Tamaulipas.- El sector industrial de Altamira, en el sur de Tamaulipas, enfrentó recientemente una crisis hídrica debido a la falta de lluvias en los meses de mayo, junio y julio de este año, ante esta grave situación, se planteó la instalación de una planta desalinizadora como medida de seguridad para garantizar el suministro de agua en la región, sin embargo, el proyecto quedó en pausa, ya que los equipos necesarios no han llegado al estado y no se instalaron como estaba previsto y las lluvias lograron superar la crisis hídrica.
David Hernández Gámiz, gerente de la Asociación de Industriales del Sur de Tamaulipas (Aistac), explicó que en lugar de avanzar con la planta desalinizadora, se ha decidido realizar un exhaustivo diagnóstico del sistema lagunario del río Guayalejo-Tamesí, este análisis permitirá obtener información precisa sobre el estado actual de los recursos hídricos en la zona y proponer soluciones que garanticen un abastecimiento sostenible en el futuro evitando así otra crisis hídrica.
La propuesta inicial de instalar una planta desalinizadora portátil fue presentada por la empresa Chemours, pero este tipo de proyectos suelen requerir un tiempo considerable para que se implementen, ya que es fundamental recopilar datos detallados sobre la viabilidad y el impacto de desalinizar agua en la región, considerando que el sur de Tamaulipas cuenta con 150 kilómetros de litoral como fuente potencial de agua salada.
Durante la crisis hídrica, algunas empresas se vieron obligadas a detener temporalmente su producción, lo que podría haberlas expuesto a posibles multas por incumplimiento de contratos, a pesar de ello, hasta el momento no se han registrado sanciones económicas impuestas a ninguna compañía en la región. Hernández Gámiz subrayó que las empresas afectadas deben adoptar medidas proactivas para mitigar los efectos de la escasez hídrica y garantizar su continuidad operativa.