Reynosa.- Más de 700 migrantes que llegaron buscando una oportunidad para cruzar a Estados Unidos siguen varados en la frontera de Reynosa, Tamaulipas, después de la llegada de Donald Trump y la cancelación del programa CBP One el pasado 20 de enero.
Durante un recorrido de ABC Noticias se constató que albergues como Senda de Vida y Nuestra Señora de Guadalupe cuentan con cientos de personas atrapadas entre la esperanza de llegar a Estados Unidos y la desesperación de no saber si obtendrán el permiso.

Sor María Tello, directora de la casa del migrante Nuestra Señora de Guadalupe, explica cómo la situación ha cambiado drásticamente desde la cancelación de las citas de dicho programa.
“Todavía el día 20 (de enero), los que pasaron en la mañana, tenían cita, pero en la mañana pudieron pasar a las 9 de la mañana, 8 de la mañana, pero ya después de las 10 o 11 de en adelante ya no,” señala.
Además, relata cómo los migrantes que llegaron con la esperanza de obtener una cita se ven obligados a esperar por tiempos prolongados.
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“Nos quedaban como 160 personas que tenían entre tres y seis meses aquí, esperando, porque no les llegó la cita, nos los estaban trayendo de Tapachula, Chiapas, cada dos o tres veces a la semana, nos traían 30”, mencionó.
A medida que la situación se vuelve más tensa, los migrantes toman decisiones drásticas, algunos intentan regresar a sus países de origen o se embarcan en viajes hacia otras ciudades mexicanas en busca de nuevas oportunidades.
“Algunos están yendo a Monterrey, otros a la Ciudad de México, y otros se han ido a Tabasco, porque buscan regresar a su país,” explica Sor María.
Sin embargo, no todo es tan sencillo, ya que los migrantes que intentan continuar su camino hacia el norte o hacia otras ciudades se enfrentan a una amenaza aún mayor: el crimen organizado.
“Muchos de los que van llegando son secuestrados, les pedían mil dólares por cada persona, incluso a las mujeres embarazadas, que les pedían hasta 3 mil dólares por la mujer y 3 mil dólares más por el bebé que llevaban dentro,” señala con preocupación.
A pesar de las difíciles condiciones, algunos migrantes encuentran en los albergues como Senda de Vida y Nuestra Señora de Guadalupe una pequeña oportunidad para encontrar refugio y apoyo.
Al respecto el Pastor Héctor Silva, director de Senda de Vida, relata que, en su albergue, aunque muchos migrantes se quedan esperando por semanas, algunos logran encontrar una salida.
“Se habían quedado 700 personas, pero a través de Migración Mexicana les ofrecieron un viaje de aquí (Reynosa) hasta Villahermosa, Tabasco. La mayoría de ellos buscan regresar a su país o llegar hasta la frontera con Guatemala”, dijo.
El pastor Héctor dice que aquellos que no tienen conocimiento de los riesgos del trayecto o de las amenazas que enfrentan en zonas como Tabasco, suelen aceptar la oferta de las autoridades mexicanas.
“Los que no conocen la situación de los secuestros son los que deciden aceptar el viaje a Tapachula o Villahermosa,” comentó.