Monterrey.- En medio de la tensión comercial entre México y Estados Unidos, Tamaulipas se enfrenta a un panorama incierto para sus exportaciones, aunque los aranceles de 25 por ciento hayan sido pospuestos hasta el 1 de marzo.
Productos clave como aparatos eléctricos, equipos de computación, petróleo, gas natural y autopartes, entre otros, podrían verse gravemente afectados.
Las estadísticas del Inegi revelan que Tamaulipas, que cerró el tercer trimestre de 2024 con exportaciones por 9 mil 548 millones de dólares, representa el 6.8 por ciento del total nacional.
Las exportaciones de Tamaulipas se concentran principalmente en el sector manufacturero, gracias a las 300 maquiladoras localizadas en ciudades como Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo. Estas fábricas generan alrededor de 270 mil empleos y contribuyen significativamente al comercio con Estados Unidos.
A pesar de la pausa en los aranceles, los empresarios siguen preocupados por los posibles aumentos en los costos de sus productos, lo que podría reducir la demanda de productos mexicanos en la Unión Americana.
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Tamaulipas ocupa uno de los primeros lugares a nivel nacional en la exportación de equipos electrónicos, de computación y energía, posicionándose en el tercer sitio en la venta de equipo de computación y el 11.8 por ciento de la exportación nacional de equipos para la generación de energía eléctrica.
Este es un sector vital no sólo para el estado, sino también para la región fronteriza, donde Nuevo León también juega un papel fundamental en el comercio y la producción.
La situación en Nuevo León, conocido por su gran capacidad manufacturera y su fuerte vinculación con la industria tecnológica, también puede verse comprometida por esta “guerra” comercial. La región se destaca por su producción de autopartes y equipos electrónicos, exportando miles de millones de dólares anualmente a Estados Unidos, a medida que la incertidumbre comercial aumenta, la presión sobre las exportaciones de estados fronterizos, es cada vez mayor.
En conjunto, ambos estados destacan como motores de la economía nacional y, ante el contexto de posibles aranceles, podrían experimentar cambios drásticos en su flujo comercial, lo que afectaría no sólo a la industria, sino también al empleo y crecimiento económico en la región.