Monterrey. – Han pasado cinco años desde que cerró el Penal del Topo Chico, que fuera el centro penitenciario más temido de Nuevo León, y uno de los más peligrosos de México.
El hecho que la cárcel se encuentre en total abandono la convierte en una mina de oro para exploradores urbanos e investigadores paranormales, quienes se atreven a adentrarse a las profundidades de este edificio ubicado sobre la avenida Aztlán, en Monterrey.
Uno de estos casos involucra a Alberto del Arco, famoso investigador mexicano que recientemente recorrió el penal junto a dos de sus compañeros, quienes intentaron capturar imágenes y psicofonías que tuvieran relación con las leyendas de terror que ahí se cuentan.
El material fue publicado en YouTube bajo el nombre “Intenté pasar una noche en la prisión más embrujada de México”, que dura poco más de 35 minutos y ya superó el medio millón de reproducciones.
El exconductor de TV Azteca comenzó su recorrido ya de madrugada, y desde un principio notaron que cabía la posibilidad de que se encontraran personas refugiadas dentro de la prisión, ya que la estructura ofrece todas las ventajas para que todo tipo de individuos ingresen a él sin permiso.
Algunas de las cosas que fueron captadas por las cámaras y micrófonos del equipo del investigador fueron voces y murmullos de una presunta mujer.
Las condiciones en las que se encontraban los interiores del penal del Topo Chico eran malas e insalubres, y por eso los investigadores amagaron con querer vomitar en más de una ocasión.
El punto clave de la investigación se dio a partir del minuto 13 del video, cuando Alberto solicitó a su equipo la instalación de señores de movimiento en uno de los pasillos continuos a una celda donde se quedó solo.
Del Arco intentó acostarse en una sección del cuarto, sin embargo, no lo pudo lograr debido a la tensión que aseguró sentir dentro.
El momento de mayor inquietud para el equipo se dio cuando uno de los sensores se activó, presuntamente, por sí solo, lo que movilizó a los compañeros de Alberto.
Luego de más de 30 minutos de recorrido, y observar huellas en el suelo, pared, así como movimientos de celdas, Alberto y su equipo abandonaron el penal, que se ha convertido en un símbolo por demás atractivo para los curiosos que buscan algo qué contar este Halloween.