La violencia de género y su impacto en la salud mental de las mujeres

La violencia de género afecta gravemente la salud mental de las mujeres, generando trastornos emocionales y psicológicos que impactan su bienestar integral.

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México.- La violencia de género no solo deja marcas visibles en el cuerpo, sino también heridas profundas en la mente y el alma de las mujeres. Hoy en el día internacional Día internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer, hablemos de como la violencia de género y el impacto que tiene en la salud mental de las mujeres. 

Según datos de organismos internacionales, una de cada tres mujeres ha sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida, y este fenómeno tiene consecuencias devastadoras en su salud mental.

Créditos: Archivo. 

Desde la ansiedad hasta la depresión severa, el impacto psicológico es tan grave como el físico, afectando su calidad de vida y su desarrollo emocional.

El daño psicológico detrás de la violencia

Las mujeres que enfrentan violencia de género suelen padecer un amplio espectro de trastornos psicológicos. El estrés postraumático es uno de los más comunes, derivado de experiencias traumáticas como agresiones físicas, sexuales o psicológicas.

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Estas vivencias generan síntomas como flashbacks, pesadillas, hipervigilancia y dificultades para confiar en los demás.

Asimismo, muchas víctimas desarrollan ansiedad y depresión, enfrentando sentimientos de inutilidad, desesperanza y aislamiento. Esto puede llevar a problemas más graves, como intentos de suicidio o el abuso de sustancias como una forma de evadir el dolor emocional.

La autoestima también suele verse profundamente afectada, especialmente en casos de violencia psicológica, donde las agresiones verbales y la manipulación erosionan la confianza en sí mismas.

Un impacto que va más allá de la víctima

El daño de la violencia de género no se limita a las mujeres directamente afectadas. También puede impactar a su entorno cercano, incluyendo a sus hijos e hijas, quienes a menudo presencian la violencia. Esto perpetúa un ciclo intergeneracional de trauma y normalización de conductas agresivas.

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Además, las secuelas psicológicas pueden extenderse al ámbito laboral y social, dificultando que las mujeres se desarrollen plenamente en sus carreras, relaciones personales y actividades diarias.

Es fundamental reconocer que la violencia de género no solo es una violación de los derechos humanos, sino también un problema de salud pública.

Las políticas de prevención deben ir acompañadas de atención psicológica integral para las víctimas, así como de campañas que eduquen a la sociedad sobre la importancia de erradicar este fenómeno.

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Brindar apoyo emocional y acceso a terapias especializadas no solo ayuda a las mujeres a recuperar su bienestar, sino que también contribuye a romper el ciclo de violencia en nuestra sociedad.

La lucha contra la violencia de género debe ser prioritaria, no solo para proteger físicamente a las mujeres, sino también para salvaguardar su salud mental y emocional.