Ciudad de México. - El fenómeno La Niña está cada vez más cerca de poder llegar a México, mientras que El Niño se debilita.
De acuerdo al sitio Meteored estaría llegando de manera oficial en algún momento de mayo a junio.
“Es altamente probable, superior al 70% que La Niña esté presente en la segunda mitad de este 2024, incluyendo el invierno. Es difícil determinar la intensidad que tendría, pero basándonos en las previsiones actuales, podría tener anomalías de hasta -1.5 °C o inferior, catalogándose como una Niña fuerte a muy fuerte”, señalan en su sitio web.
Además, con La Niña los veranos son más lluviosos en gran parte de México, especialmente el noreste, centro, oriente y sureste y parte del Pacífico.
Temporada de huracanes es de mayor intensidad
El sitio antes mencionado refiere que con La Niña la temporada de ciclones tropicales en el Atlántico (incluye Caribe y Golfo de México) es mayor en cantidad y, eventualmente en intensidad.
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El pasado mes de febrero Brian McNoldy, investigador científico de la Universidad de Miami, informó que se aumentaría el riesgo de una temporada de ciclones tropicales muy activa por el fenómeno “La Niña”.
"Es probable que tengamos un océano anómalamente cálido y condiciones neutras o de La Niña para el punto álgido de la temporada de huracanes: todo lo que no se desea si se quiere que haya menos ciclones en el Atlántico", declaró a CNN.
¿Qué es el fenómeno de La Niña?
El fenómeno de "La Niña" es un patrón climático que ocurre periódicamente en el océano Pacífico tropical, caracterizado por temperaturas del agua más frías de lo normal en la región ecuatorial.
Este fenómeno es la contraparte de "El Niño", que se caracteriza por temperaturas del agua más cálidas de lo normal en la misma región. Ambos fenómenos son parte del fenómeno más grande conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS).
Durante un evento de La Niña, las temperaturas del agua más frías pueden tener impactos significativos en los patrones climáticos globales.
Estos impactos pueden incluir cambios en los patrones de precipitación, la distribución de las temperaturas y los patrones de viento en diferentes partes del mundo. Por ejemplo, La Niña suele estar asociada con condiciones más secas en algunas regiones tropicales y con un aumento en la actividad de huracanes en el Atlántico.