Ciudad de México. – El fenómeno de La Niña causaría no solo sequías y un clima más caluroso, sino también una temporada de huracanes más intensa, de acuerdo a sitios dedicados a la meteorología.
¿Cuándo llega el fenómeno de La Niña?
El sitio Meteored informó que La Niña estaría haciendo su aparición oficial entre mayo y junio.
“En el transcurso del verano (junio-agosto) ya estaríamos bajo los efectos de La Niña, extendiéndose hacia el otoño cuando los sistemas meteorológicos favorezcan lluvias en varias entidades de nuestro país. Semana tras semana, La Niña se fortalecería con anomalía entre -1 a -2 °C a finales de año”, se lee en su página a web.
¿Cómo afectará a Nuevo León?
Meteored refiere que de manera preliminar, mayo sería un mes con lluvias por arriba de lo normal en estos estados: Nuevo León, Chiapas, Campeche y Quintana Roo. Mientras que el resto tendría déficit.
“Para junio, disminuirían en el noreste, aumentando en el centro, sur y sureste con lo más relevante entre Morelos, Puebla, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Campeche”, señalan.
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Agregaron que en julio podrían aumentar las precipitaciones en gran parte del país, excepto el noroeste entre Sonora, Sinaloa, Chihuahua y Durango.
¿Habrá huracanes más intensos?
El pasado mes de febrero Brian McNoldy, investigador científico de la Universidad de Miami, informó que se aumentaría el riesgo de una temporada de ciclones tropicales muy activa por el fenómeno “La Niña”.
"Es probable que tengamos un océano anómalamente cálido y condiciones neutras o de La Niña para el punto álgido de la temporada de huracanes: todo lo que no se desea si se quiere que haya menos ciclones en el Atlántico", declaró a CNN.
¿Qué es el fenómeno de La Niña?
El fenómeno de "La Niña" es un patrón climático que ocurre periódicamente en el océano Pacífico tropical, caracterizado por temperaturas del agua más frías de lo normal en la región ecuatorial.
Este fenómeno es la contraparte de "El Niño", que se caracteriza por temperaturas del agua más cálidas de lo normal en la misma región. Ambos fenómenos son parte del fenómeno más grande conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS).
Durante un evento de La Niña, las temperaturas del agua más frías pueden tener impactos significativos en los patrones climáticos globales. Estos impactos pueden incluir cambios en los patrones de precipitación, la distribución de las temperaturas y los patrones de viento en diferentes partes del mundo. Por ejemplo, La Niña suele estar asociada con condiciones más secas en algunas regiones tropicales y con un aumento en la actividad de huracanes en el Atlántico.
Es importante destacar que el fenómeno de La Niña no siempre tiene los mismos efectos en todas las regiones, y su impacto específico puede variar dependiendo de factores locales y de otros patrones climáticos.