Ciudad de México. – Aunque las auroras boreales son normales en el norte de Europa, Australia y Alaska, su presencia en Estados Unidos, Canadá y en México no.
Este bello fenómeno natural tuvo presencia en México durante el fin de semana y fue perceptible en los estados: Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Jalisco, Sinaloa, Nayarit, Zacatecas e incluso Oaxaca y Yucatán.
Su presencia en el territorio mexicano causó alarmas entre los expertos ya que refieren no es normal que ocurra en nuestro país.
Alejandro Macías, científico e infectólogo, explicó que a pesar de lo hermosas que son las auroras boreales, el fenómeno es motivo de preocupación, ya que puede causar diversos daños.
Refirió que debido a este fenómeno puede ocurrir el efecto Carrington, con el cual colapsarían las comunicaciones y la red eléctrica en la faz de la tierra, como se registró en 1859.
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“En México se han visto auroras boreales muy al sur de los polos, incluso en Jalisco. Son hermosas pero preocupantes; en los días u horas siguientes puede ocurrir el fenómeno Carrington, con colapso en las comunicaciones y la red eléctrica en la faz de la Tierra frente al Sol.
“El evento Carrington de 1859 ocurrió después de una tormenta solar, con colapsos en las comunicaciones (entonces telegráficas). Llamó la atención las auroras boreales visibles tan lejos de los polos como México”, escribió en la red social.
¿Qué es el efecto Carrington?
El efecto Carrington es un fenómeno astronómico que ocurre cuando una gran eyección de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) del Sol impacta la Tierra.
Fue nombrado así en honor al astrónomo británico Richard Carrington, quien lo observó y documentó por primera vez en 1859.
Cuando una CME alcanza la Tierra, puede perturbar el campo magnético del planeta y generar tormentas geomagnéticas. Estas tormentas pueden causar una variedad de efectos, incluyendo la intensificación de las auroras, interferencias en las comunicaciones por radio, daños en satélites en órbita, y en casos extremos, incluso interrupciones en las redes eléctricas.
El evento Carrington de 1859 fue especialmente notable por su intensidad. Si ocurriera un evento similar en la actualidad, los efectos podrían ser significativos debido a nuestra dependencia cada vez mayor de la tecnología electrónica y de las comunicaciones por satélite.
Por esta razón, la investigación sobre el efecto Carrington y el monitoreo del clima espacial son áreas de interés y preocupación para la ciencia y la comunidad tecnológica.