Ciudad de México. – El virus Oropouche ha tomado fuerza en las últimas semanas, y es que recientemente se ha detectado un aumento en casos positivos que han derivado a la contabilización de las primeras muertes.
Puntualmente, la enfermedad ha crecido en América Latina y Europa; prueba de ello el deceso de dos mujeres registrado en Brasil, así como múltiples casos recolectados en España, Italia y Alemania.
No obstante, cabe señalar que la mayoría de los casos pertenecen a personas que habían viajado al país amazónico e incluso a Cuba, donde también se informó de un primer brote.
¿Qué es el Oropouche?
La Organización Panamericana de la Salud define al Oropouche como un arbovirus perteneciente a la familia Peribunyaviridae, que fue detectado por primera vez en 1955 cerca del río Oropouche en Trinidad.
A finales del siglo pasado los brotes continuaron en Brasil, pero este 2024 se han reportado más de 7 mil 700 casos de OROV en cinco países de las Américas: Brasil (6 mil 976 casos hasta mediados de 2024), Bolivia, Perú, Cuba y Colombia.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de la enfermedad, que pueden durar de cinco a siete días, incluyen aparición repentina de fiebre, dolor de cabeza, rigidez en las articulaciones, dolores y molestias y, en algunos casos, fotofobia, diplopía (visión doble), náuseas y vómitos persistentes.
¿Cómo se transmite?
El Oropouche es una enfermedad transmitida por vectores que se propaga principalmente entre las personas a través de la picadura de un insecto comúnmente conocido como jején.
Esto llama la atención a nivel local, ya que el pasado mes de abril hubo personas que señalaron que en Nuevo León había un problema de jejenes, cuya picadura causaba molestia y preocupación a la ciudadanía.
¿Qué tan fatal es la enfermedad?
Tal y como se mencionó previamente, el 25 de julio de 2024, las autoridades brasileñas reportaron dos muertes atribuidas al Oropouche.
Además hubo una muerte fetal también estuvo potencialmente asociada con Oropouche, sin embargo, los científicos coinciden que debe de haber una mayor investigación para confirmar los riesgos del virus durante el embarazo, ya que actualmente no hay vacuna para su combate.