Monterrey.- El suicidio es una de las principales causas de muerte en todo el mundo, especialmente entre jóvenes de 15 a 29 años. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año más de 700,000 personas se quitan la vida, y se estima que por cada suicidio consumado, hay al menos 20 intentos fallidos. La prevención del suicidio es un desafío global, y todos, no solo los profesionales de la salud mental, podemos desempeñar un papel vital para salvar vidas. A continuación, se presentan cinco consejos clave para ayudar a una persona que ha pensado en quitarse la vida.
1. Escucha con empatía y sin juzgar
Cuando alguien comparte sus pensamientos suicidas, es esencial escuchar con empatía y sin juzgar. A menudo, las personas en crisis no buscan necesariamente morir, sino escapar de un dolor que les resulta insoportable. Escuchar activamente significa prestar atención a lo que la persona está diciendo, sin interrumpir ni ofrecer soluciones rápidas. Evita comentarios como "estás exagerando" o "todo va a estar bien", ya que pueden invalidar sus sentimientos. En lugar de eso, muestra comprensión y hazle saber que valoras su vida y que estás allí para ayudar. Este apoyo emocional puede ser el primer paso crucial para que la persona se sienta menos sola y más dispuesta a buscar ayuda.
2. Pregunta directamente sobre el suicidio
Aunque pueda parecer incómodo, preguntar directamente sobre los pensamientos suicidas no aumenta el riesgo de que la persona intente suicidarse; por el contrario, puede ser un alivio para ella poder hablar abiertamente de lo que siente. Es importante abordar el tema con preguntas claras como "¿Has pensado en quitarte la vida?" o "¿Tienes un plan?". Este enfoque directo puede ayudar a desmitificar el suicidio y permitir que la persona se exprese sin miedo a ser juzgada. La clave es crear un ambiente seguro donde pueda compartir sus sentimientos más profundos sin temor a que se le critique o minimice.
3. Ayuda a buscar apoyo profesional
Uno de los pasos más importantes que puedes tomar es ayudar a la persona a buscar apoyo profesional. Si bien el apoyo emocional es vital, los profesionales de la salud mental tienen las herramientas y el conocimiento necesarios para proporcionar un tratamiento adecuado. Puedes ofrecerte a acompañarla a sus citas o ayudarla a contactar líneas de ayuda especializadas, como el 024 en España, que ofrece asistencia inmediata para personas en crisis. Además, si la persona ya está en tratamiento, anímala a seguir con sus sesiones y a no abandonar el proceso, recordándole que la recuperación es posible y que no tiene que enfrentar su situación sola.
4. No prometas mantener el secreto
Es común que una persona en crisis pida que no se le diga a nadie sobre sus pensamientos suicidas. Sin embargo, es fundamental que no prometas mantener el secreto si crees que la vida de esa persona está en riesgo. La seguridad debe ser siempre la prioridad. Si consideras que la persona puede estar en peligro inminente, busca ayuda de inmediato, ya sea contactando a un profesional de la salud, informando a un familiar o, en casos extremos, llamando a emergencias. Es importante explicar a la persona que tu intención no es traicionar su confianza, sino asegurarte de que reciba la ayuda que necesita para estar segura.
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5. Mantén el contacto y ofrece apoyo continuo
El apoyo no debe terminar una vez que la crisis inmediata haya pasado. Mantén un contacto regular con la persona, mostrando interés genuino en su bienestar. Invítala a realizar actividades que puedan levantar su ánimo y hacerla sentir acompañada. Es esencial que la persona sepa que no está sola y que puede contar con alguien durante su proceso de recuperación. Además, es importante recordar que la prevención del suicidio no se limita a un solo momento; es un esfuerzo continuo que requiere tiempo, paciencia y compromiso.
Ayudar a una persona que ha pensado en quitarse la vida es una responsabilidad que no debe tomarse a la ligera. Escuchar con empatía, hablar abiertamente sobre el suicidio, buscar ayuda profesional, no mantener secretos peligrosos y ofrecer un apoyo continuo son acciones clave que pueden salvar vidas. Hablar sobre el suicidio y actuar de manera informada no solo ayuda a quienes están en riesgo, sino que también contribuye a romper el estigma en torno a la salud mental, creando una sociedad más comprensiva y solidaria.