Monterrey.- Con el inicio de la temporada navideña regresa una de las tradiciones más dulces y creativas: la elaboración de casitas de jengibre.
Este ritual culinario, se ha convertido en un símbolo de convivencia, imaginación y espíritu festivo.
Hoy, más que nunca, preparar una casita de jengibre en casa es una actividad ideal para disfrutar en familia, con amigos o en pareja, convirtiendo un simple postre en un recuerdo inolvidable.
¿Cómo preparar una casita de jengibre para Navidad?
El primer paso para construirla es preparar la masa.
La receta base incluye
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- 350 gramos de harina de trigo,
- 1 cucharadita de bicarbonato de sodio,
- 2 cucharaditas de jengibre molido,
- 1 cucharadita de canela,
- 100 gramos de manteca a temperatura ambiente,
- 175 gramos de azúcar mascababo o morena,
- 1 huevo grande
- 4 cucharadas de miel.
Esta mezcla, aromática y especiada, será la base resistente que sostendrá toda la estructura.
¿Cómo cortar y hornear las piezas de la casita?
Con la masa lista, llega el momento del diseño, para lograr proporciones correctas, se recomienda elaborar plantillas en papel manteca.
Las medidas para una casita pequeña son:
- Galletas laterales de 10 × 7 cm;
- Galletas de frente y parte de atrás de 10 × 13 cm
- Dos piezas para el techo de 12 × 7 cm.
Una vez recortadas las piezas, se hornean durante 10 a 15 minutos a 180 °C, o hasta que tomen un tono ligeramente dorado.
Es importante dejar enfriar completamente antes de intentar armar la casita, ya que las galletas calientes pueden quebrarse con facilidad.
¿Cómo montar y decorar tu casa de jengibre?
Para unirlas se utiliza glasé real, una mezcla espesa de clara de huevo y azúcar, que funciona como un “pegamento comestible” capaz de mantener firme la estructura.
El glasé debe aplicarse con cuidado, sosteniendo las piezas unos segundos para asegurar que peguen correctamente, agregar unas gotas de limón al glasé ayudará a que se endurezca más rápido y dé un acabado más firme.
La última etapa es la más divertida, la decoración, con el glasé puedes pegar gomitas, caramelos, confites, grajeas y cualquier dulce que dé vida a un techo nevado, ventanas dulces, chimeneas, jardines e incluso pequeños personajes hechos con la masa sobrante.
Con ingredientes simples y mucha creatividad, es posible transformar harina y especias en una encantadora casita de jengibre.
