Monterrey.- Este miércoles 26 de marzo, Erik Cavazos, director de Protección Civil de Nuevo León, informó sobre los efectos del cambio climático en Nuevo León y apuntó que entre estos se encuentran las islas de calor.
Cavazos mostró su preocupación debido a la situación que se vive en la región, señalando que en pleno invierno se registraron temperaturas de hasta 40 grados.
¿Qué son islas de calor?
Las islas de calor son zonas urbanas donde la temperatura es significativamente más alta que en las áreas rurales circundantes. Este fenómeno ocurre debido a la acumulación de calor en materiales como el asfalto, el concreto y los edificios, que retienen calor durante el día y lo liberan lentamente durante la noche.

Causas de las islas de calor:
- Superficies urbanas: Materiales oscuros como el asfalto y el concreto absorben más calor que la vegetación.
- Poca vegetación: La falta de árboles y áreas verdes reduce la sombra y la evaporación del agua, lo que ayudaría a enfriar el ambiente.
- Actividades humanas: Autos, fábricas y sistemas de aire acondicionado liberan calor adicional.
- Diseño urbano: Edificios altos y calles estrechas pueden atrapar el calor y limitar la circulación del viento.
Consecuencias:
Te podría interesar
- Aumento en el consumo de energía: Se usan más aires acondicionados para contrarrestar el calor.
- Problemas de salud: Golpes de calor y enfermedades respiratorias pueden aumentar.
- Cambio climático: Contribuyen al calentamiento global al aumentar la demanda de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Protección Civil advierte sobre los efectos del cambio climático en Nuevo León
El director de Protección Civil del Estado, Erik Cavazos, habló esta mañana sobre el calentamiento global y sus efectos cada vez más evidentes en la región.
Durante su intervención, destacó que fenómenos como la desertificación y la tala de árboles han contribuido al deterioro ambiental y al incremento de eventos climáticos extremos.
Entre las principales consecuencias mencionadas, resaltó el aumento de las sequías, la mayor frecuencia de incendios forestales (muchos de ellos provocados), la intensidad creciente de los huracanes y la aparición de fenómenos atípicos, como olas de calor en invierno, fuertes vientos fuera de temporada e incendios de gran magnitud.