El Vaticano. – Con el fallecimiento del Papa Francisco, notificado esta madrugada de lunes (tiempo del Centro de México) ha reactivado los rumores acerca de la próxima figura religiosa que tomará su lugar como jefe máximo de la Iglesia Católica.
Algunos de los nombres que están sobre la mesa son: Péter Erdo, Luis Antonio Tagle, Raymond Burke y Matteo Zuppi, pero quizá quienes más ruido generan es el ghanés Peter Turkson de 76 años y Robert Sarah, cardenal de Guinea con 79 años de edad.
La razón por la cual se presta una gran atención a este par de religiosos de origen africano, tiene que ver por una profecía lanzada por el supuesto adivino Nostradamus, quien en su momento predijo la llegada de un “Papa Negro” al Vaticano, escenario asociado con el llamado fin del mundo.
Otra profecía relacionada a la posible llegada de un “Papa Negro” es la hecha por a San Malaquías, arzobispo católico de Armagh que elaboró un listado de 112 frases latinas que supuestamente describen a cada Papa desde el siglo XII hasta el fin de los tiempos.
Muchos consideran que el recién fallecido Papa Francisco fue el número 111 en la lista, y que la siguiente figura religiosa –que sería la última de la profecía- es "Petrus Romanus" (Pedro el Romano), cuyo reinado, se cree, precederá la destrucción de Roma y el Juicio Final.
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Cabe señalar que la figura de "Pedro el Romano" ha sido interpretada de diversas maneras, a menudo asociándola con un período de gran tribulación y el fin de la Iglesia tal como se conoce.
"En la persecución extrema de la Santa Iglesia Romana, se sentará Pedro el Romano, quien alimentará a su grey en medio de muchas tribulaciones; pasadas éstas, la ciudad de las siete colinas será destruida, y el Juez tremendo juzgará a su pueblo. Fin”, menciona la profecía.
Para comprender más este tema, es importante tener en cuenta que la profecía de San Malaquías no dice que el “Papa Negro” tenga que ver con una persona de este color de piel, sino que la palabra “negro” estará asociada hacia una idea de un período oscuro o de gran dificultad para la Iglesia.
También podría significar la vestimenta de ciertas órdenes religiosas, como los jesuitas (si bien el Papa Francisco era jesuita, él no es "Petrus Romanus" según la interpretación.