México.- La vida de lujo, los seguidores en redes sociales y las conexiones peligrosas han sido parte de una narrativa cada vez más frecuente en México: la que entrelaza a influencers con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Mientras unos casos siguen siendo rumores sin pruebas, otros terminaron en violencia, amenazas e incluso asesinatos.
El caso Valeria Márquez: de TikTok al feminicidio
El 26 de abril de 2025, Valeria Márquez hablaba en vivo desde su estética en Zapopan. Horas más tarde fue asesinada a tiros por un hombre disfrazado de repartidor.
La noticia estremeció TikTok. Poco después circularon rumores sobre un supuesto vínculo sentimental con Ricardo Ruiz Velasco, alias El Doble R, jefe del Grupo Élite del CJNG.

La Fiscalía de Jalisco negó señalamientos oficiales, pero la conexión del crimen organizado con influencers volvió a la conversación.
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El Pirata de Culiacán: una burla que costó la vida
Juan Luis Lagunas Rosales, “El Pirata de Culiacán”, se volvió viral por sus videos donde aparecía borracho y ostentando armas.
A los 17 años, dijo en un video: “El Mencho a mí me pela la v…”.
Días después, fue ejecutado a balazos en un bar de Zapopan. Se presume que la orden vino del CJNG, como represalia directa.
Jacky Ramírez y La Flaca: un romance con tintes oscuros
La exintegrante de Acapulco Shore, Jacky Ramírez, fue vinculada sentimentalmente con Fernando González Núñez, alias La Flaca, presunto operador del CJNG asesinado en Querétaro.
Aunque ella nunca lo confirmó, fotografías juntos y viajes coincidentes reforzaron la teoría. Su muerte, en una masacre que dejó diez víctimas, alimentó las sospechas.
Daisy Ferrer: belleza, bares y silencio
Daisy Ferrer Arenas, modelo venezolana, fue asesinada en Guadalajara en 2012. Trabajaba en el bar Bandidas, vinculado a Iván Martínez Macías, presunto prestanombres del CJNG.
Su caso, como el de otras extranjeras, apuntaba a una red de explotación, silencios y violencia. Nunca hubo condenas.
Markitos Toys: narco-cultura e indirectas
El influencer Markitos Toys ha sido señalado por su cercanía con grupos del crimen organizado. Tras el asesinato de su hermano en Ensenada, surgieron sospechas de venganza.
Él mismo ha agradecido públicamente la “buena acogida” en Jalisco, y usó una gorra con las iniciales “NG”, similar al logo del CJNG. Aunque lo ha negado, las señales siguen levantando alertas.
¿Rumores, fama o advertencia?
Aunque muchas de estas conexiones no han sido comprobadas, el patrón es claro: la fama digital no está exenta del alcance del narco.
Algunos influencers se ven atraídos por lujos, otros se relacionan con personajes peligrosos. En todos los casos, el precio puede ser muy alto: amenazas, estigmas, prisión… o la muerte.