México.- Esta nota contiene spoilers del capítulo 4 de la serie The Last of Us.
La segunda temporada de The Last of Us entra en una fase decisiva con el episodio 4, dejando atrás el legado de Joel Miller para centrar el foco en Ellie y el complejo mundo que la rodea.
Con un ritmo más pausado pero cargado de tensión narrativa, esta entrega abre paso a una guerra encubierta entre facciones que dominan Seattle, ciudad que se convierte en un tablero político y militar clave en la historia.
Isaac y Hanrahan: los nuevos jugadores en el tablero
El episodio comienza con un salto temporal al año 2018 dentro de la zona de cuarentena de Seattle.
Un grupo de soldados de FEDRA es interceptado por otro bloque aún desconocido, pero que se intuye pertenece al Frente de Liberación de Washington (WLF).
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Lo más impactante es que Isaac (Jeffrey Wright), quien lidera a los soldados de FEDRA, revela su verdadera lealtad: ha estado encubierto todo este tiempo y en realidad es miembro del WLF.
La traición es inmediata y brutal. Isaac elimina a sus antiguos compañeros y se alía con Hanrahan (Alanna Ubach), una figura que no aparece en los videojuegos, lo que añade un elemento de misterio sobre su papel en la serie. Este momento marca un punto de quiebre: la guerra por Seattle ha comenzado.
Seattle: un campo minado de conflictos armados
En el universo del videojuego, Seattle es el semillero del WLF, surgido como respuesta a los abusos de poder de FEDRA. La serie adapta esta narrativa para mostrar la ciudad como una zona fragmentada entre distintas facciones, donde la violencia, la represión y la estrategia militar dominan cada rincón.
Este contexto es clave para entender los peligros que enfrentará Ellie. La protagonista se adentra en este territorio hostil en busca de Abby (Kaitlyn Dever), acompañada de Dina (Isabela Merced).
Desde lejos observan una torre con las siglas WLF, y aunque Ellie quiere atacar de inmediato, Dina la persuade para esperar hasta que caiga la noche.
¿Qué significa la canción 'Take On me'?
En medio del caos, la serie se da un respiro emocional con una escena en la que Ellie toca la guitarra dentro de una antigua tienda de discos, interpretando "Take On Me" de A-ha.
Esta canción no es solo un guiño al pasado: en la temporada anterior, fue la melodía que acompañó uno de los momentos más íntimos entre Ellie y Riley.
En el videojuego, también tiene un significado especial, utilizado como parte del lenguaje codificado en la radio.
El universo de The Last of Us ha sido consistente en usar la música como una forma de memoria, vínculo y advertencia.
Las canciones de los 60 implican calma, las de los 70 indican suministros, y las de los 80 presagian problemas. Que Ellie cante Take On Me no es casualidad.
Un final con tensiones
El episodio cierra con Ellie y Dina escuchando una transmisión de radio que logran interceptar. Se trata de un escuadrón de los Lobos movilizándose para buscar a los Serafitas en Lakehill, una zona cercana a su ubicación.
A pesar del peligro, Ellie insiste en avanzar sola, pero Dina le promete que seguirán juntas hasta el final. A lo lejos, un bombardeo confirma que la guerra en Seattle está lejos de terminar.
The Last of Us 2 sube la apuesta
El episodio 4 no solo introduce nuevos personajes y conflictos, sino que redefine el escenario de la serie.
La salida de Joel deja a Ellie frente a una ciudad dividida, donde las decisiones ya no se toman por impulso, sino por estrategia.
Con Isaac como figura central del WLF y Hanrahan como incógnita narrativa, The Last of Us 2 se perfila hacia un desenlace lleno de tensión, emociones y giros inesperados.