Vaticano.- La imagen de la fumata negra elevándose desde la chimenea de la Capilla Sixtina es una de las señales más vistas en todo el mundo cuando se realiza un cónclave.
Pero una vez que aparece este humo oscuro, muchos se preguntan: ¿cuánto tiempo más falta para que elijan al Papa?. La respuesta no es tan sencilla como parece, pero hay una estructura clara que marca el ritmo del proceso.
El proceso del cónclave tras la primera fumata negra
La fumata negra indica que los cardenales no han alcanzado el consenso necesario (dos tercios de los votos) en la primera votación.
Pero esto no detiene el proceso, sino que apenas marca el inicio de una jornada de deliberaciones y sufragios intensos.
Desde ese momento, el cónclave continúa con cuatro votaciones por día: dos en la mañana y dos en la tarde.
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Cada par de votaciones concluye con la quema de las papeletas, lo que da lugar a una nueva señal de humo: blanca si hay Papa, negra si aún no.
Estos son los horarios más comunes para que salga el humo
- Alrededor del mediodía (tras las dos primeras votaciones).
- Alrededor de las 7:00 p.m. (tras las dos de la tarde).
Esto significa que cada día puede haber dos oportunidades para que se anuncie un nuevo Papa, siempre y cuando se alcance la mayoría requerida.
¿Cuánto puede durar el cónclave completo?
Aunque algunos imaginan que el proceso puede tardar semanas, lo cierto es que en la historia reciente el cónclave suele resolverse en pocos días. Por ejemplo:
- El Papa Francisco fue elegido al segundo día de cónclave (2013).
- Benedicto XVI fue elegido al segundo día (2005).
- Juan Pablo II fue elegido al tercer día (1978).
No existe un tiempo máximo establecido tras la primera fumata negra; los cardenales seguirán votando cada día hasta lograr consenso.
Paciencia, oración y discreción
El cónclave es un proceso envuelto en secreto, espiritualidad y paciencia.
La primera fumata negra no es una señal de fracaso, sino un paso dentro de un camino meticuloso que busca elegir al nuevo líder de la Iglesia Católica.
Mientras tanto, el mundo observa, esperando con expectativa la ansiada fumata blanca que anuncia: Habemus Papam.