México.- La historia de amor entre Florinda Meza y Roberto Gómez Bolaños, conocido mundialmente como Chespirito, es recordada como una de las más famosas en el mundo del espectáculo latinoamericano.
Pero detrás de esa relación que duró décadas, hubo un inicio lleno de polémica y desaprobación, especialmente por parte de alguien muy querido: Ramón Valdés, el actor que interpretó a Don Ramón en El Chavo del 8.
El viaje a Chile donde todo cambió
Fue durante una gira del elenco en Chile cuando surgió el primer acercamiento romántico entre Florinda y Chespirito.
Aunque inicialmente se hospedaban en habitaciones separadas, todo cambió cuando, según relata Rubén Aguirre, quien interpretaba al Profesor Jirafales, “uno amaneció en el cuarto del otro”.
Ese fue el momento clave que marcó el comienzo de su relación sentimental.
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A partir de esa noche, su vínculo se hizo cada vez más evidente para quienes los rodeaban, aunque aún no había un anuncio formal. Sin embargo, la noticia no fue bien recibida por todos.
Ramón Valdés expresó su desacuerdo
Cuando Roberto compartió con el elenco lo que había ocurrido en Chile pues el decía "Con esto no le hago daño a nadie". Ramón Valdés fue el único que se opuso abiertamente. Con una mezcla de preocupación y sinceridad, le preguntó directamente.
“¿Estás seguro?”, y agregó: “No, con esto no le va a ir bien a nadie”. Su objeción no era por celos ni conflictos personales, sino por principios.
En ese momento, Chespirito seguía casado legalmente, y para Ramón, involucrarse sentimentalmente sin haber cerrado ese capítulo era una falta grave.
El Profesor Jirafales, confirmó años después que el rechazo de Don Ramón se debió precisamente a que consideraba que se trataba de una infidelidad.
Un episodio que dejó huella en el elenco
Aunque con el tiempo la relación entre Florinda y Chespirito se consolidó y se mantuvo hasta la muerte de Roberto Gómez Bolaños, ese primer capítulo en Chile marcó una fractura entre algunos miembros del elenco.
La reacción de Ramón Valdés no fue olvidada y sigue siendo recordada como una muestra de su carácter leal y ético.
La relación entre Chespirito y Florinda Meza fue tan mediática como duradera, pero comenzó con una polémica que dividió al elenco.
La oposición de Ramón Valdés no fue un simple desacuerdo, sino un acto de coherencia que reflejó sus principios y su preocupación por lo correcto, incluso en medio del afecto y la fama.