México.- Desde su estreno, la serie Chespirito: Sin querer queriendo en HBO ha sido motivo de conversación y debate.
El programa, inspirado en la vida del comediante mexicano Roberto Gómez Bolaños, mezcla elementos biográficos con licencias creativas que han generado controversia, sobre todo por parte de personas cercanas al actor, como Florinda Meza.
Cambio de nombres y personajes clave
Uno de los aspectos más llamativos es que varios nombres reales fueron modificados, incluyendo el de Florinda Meza, quien es representada como “Margarita Ruiz”.
La actriz no autorizó el uso de su nombre ni su imagen, por lo que los productores optaron por modificar ciertos elementos, aunque se mantuvo gran parte de su historia romántica con Chespirito.
Carlos Villagrán (Quico) también pidió no aparecer con su nombre real. En la serie es “Marcos Barragán”, en alusión a su conflicto legal con Gómez Bolaños desde 1978. Del mismo modo, el director Enrique Segoviano aparece como “Mariano Casasola”, lo que refuerza la decisión de varios colaboradores de mantenerse al margen de la producción.
¿Florinda Meza creó al Chapulín Colorado?
Uno de los puntos más polémicos es la versión que da la serie sobre la creación de personajes icónicos como el Chapulín Colorado. Se sugiere que Graciela Fernández, primera esposa de Chespirito, participó activamente en su desarrollo, desde las frases célebres hasta el diseño del traje.
Meza ha desmentido esta versión y asegura que el personaje fue idea de Gómez Bolaños desde mucho antes de convertirse en actor.
Personajes ficticios para contar una historia real
Para reforzar la narrativa, los guionistas crearon personajes completamente ficticios como Gilberto Treviño, un supuesto ejecutivo de Canal 8, que en realidad representa a los múltiples obstáculos enfrentados por el comediante.
Lo mismo ocurre con Víctor Palacios, una mezcla de rivales y detractores del humorista, con quienes compitió durante su carrera.
¿Discrepancias con la historia real?
Florinda Meza ha señalado en entrevistas y redes sociales que varios hechos fueron dramatizados o directamente alterados.
Por ejemplo, la serie muestra que el primer piloto del programa fue grabado en secreto y con muchas dificultades, cuando en realidad, según Meza, ya era una figura reconocida en el medio y el proyecto fue público.
Un homenaje cuestionado
Chespirito: Sin querer queriendo es, sin duda, una producción ambiciosa que busca rendir homenaje a uno de los íconos más importantes del entretenimiento en Latinoamérica.
Sin embargo, al recurrir a cambios de nombres, personajes ficticios y versiones controvertidas de hechos reales, la serie deja una pregunta abierta: ¿hasta qué punto se puede contar una historia real sin traicionar la verdad?
Más allá del debate, la serie invita a una revisión crítica del legado de Roberto Gómez Bolaños, su impacto cultural y los conflictos personales que lo marcaron.
Y aunque no todos estén de acuerdo con su contenido, ha logrado lo que buscaba: poner nuevamente en boca de todos a Chespirito.