Brasil. – El Gran Premio de Brasil se convirtió en una pesadilla para Sergio Pérez. El piloto mexicano protagonizó una carrera marcada por una serie de infortunios que lo dejaron fuera de la zona de puntos y con un sabor amargo en la boca.
Desde el inicio de la competencia, Checo tuvo problemas con su largada, la cual se vio comprometida porque no tuvo una tracción correcta.
“Fue un desastre porque en ese momento no sabíamos que podíamos cambiar los neumáticos hasta el último momento y no hubo tiempo de cambiarlos y empezamos la carrera con los neumáticos muy fríos y como no había nadie delante de mí, arranqué y me metí en un agujero de agua. Así que la salida fue un desastre total”,
Luego el ritmo de carrera no lo acompaño, y Red Bull quiso realizar una arriesgada estrategia, colocándole los neumáticos de lluvia. El plan en un inicio iba de manera correcta, ya que las condiciones empeoraron y los rivales contaban con intermedios.
Pero la desgracia llegaría tras el accidente de Franco Colapinto que provocó una bandera roja, la cual le quito al mexicano la ventaja ganada por la elección de neumáticos.
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“Estábamos progresando y luego, por desgracia, entramos en boxes con bandera roja”.
Tras el reinicio, llegaría la parte más complicada de la competencia, pues al ponerse décimo, comenzó la batalla con Liam Lawson, teniendo una dura batalla, pero sin daños mayores.
“En el reinicio la visibilidad era cero; luego llegamos hasta Liam y luego acabamos tocándonos un poco en la curva uno y luego me fui recto en la curva cuatro perdiendo la posición con Lewis (Hamilton). Fue un desastre total”, expresó.
Con este resultado, el tapatío se retiró del circuito de Interlagos con un nuevo Gran Premio en el que las cosas no salen bien, pues solo logró sumar un punto en la carrera Sprint, y su compañero, Max Verstappen, se llevó la carrera.