Nueva Orleans.- La canción de Rocky no podía ser más apropiada para acompañar los festejos de las Águilas de Filadelfia.
No sólo porque representan a la misma ciudad, sino por haber derrotado al gran campeón.
No era Apollo Creed, pero sí que los Jefes de Kansas City se le parecen por su poder y la confianza que tenían en que podían alcanzar el inédito “three-peat”.
Las Águilas se erigieron como un duro retador y mandaron a la lona al equipo de Andy Reid y Patrick Mahomes.
Se pensaba que el pleito se podía ir a la decisión, pero realmente fue un nocaut.
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De los 65 mil aficionados que asistieron al Superdome una mayoría parecía ser de Filadelfia, enfundados en sus jerseys verdes que opacaban el rojo de los Jefes.
Si no eran mayoría, sonaban como tal cada que cantaban “Fly, Eagles, fly” que retumbó en el lugar en cada anotación… No fueron pocas veces.
La fiesta de la celebración empezó temprano para los fans de “Philly” y para el último cuarto ya no había dudas de quién sería el campeón.
Llegó un momento en que ya en tono de burla hicieron la señal del “tomahawk” e imitaron el clásico canto de su rival.
Las Águilas se cobraron la revancha esperada y no fue de forma sutil. Salieron con una misión y le cumplieron a su gente.
Filadelfia puede estar orgullosa de sus Águilas, que noquearon a los Jefes como Rocky a Apollo Creed, para salir del Superdome con el Trofeo Vince Lombardi.