Barrio 'El Nacional' pasa del esplendor al total abandono

Edificios viejos, en mal estado y llenos de graffitis, con vidrios rotos, basura en las banquetas, e indigentes durmiendo en las aceras, son el escenario de este antiguo barrio.

Enormes edificios abandonados, con graffiti y vidrios rotos, son parte del paisaje en este emblemático espacio de la ciudad.Créditos: Iram Hernández / ABC Noticias
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Monterrey. - El desarrollo de Monterrey dejó en el recuerdo usos y costumbres y le dio a la ciudad una nueva fisonomía, aunque aún hay quienes recuerdan cómo era y la manera en que el tiempo no ha pasado de la mejor manera en sitios icónicos como el barrio El Nacional en Monterrey. 

Tras tener la emblemática estación de tren del Golfo y convertirse en la Casa de la Cultura, este es uno de los puntos que se resisten a la proliferación de centros de vida nocturna que rodean la zona, y que han sustituido la vocación comercial y de encuentro. 

El comercio y los negocios como los hoteles, carnicerías, sastrerías, peluquerías, tiendas de abarrotes, cafés, que fueron sustituidos por sitios para las necesidades de quienes van de paso ante la falta de población que resida en  el sector que ahora luce abandonado. 

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Iram Hernández / ABC Noticias.

ABC recorrió los alrededores de este barrio, entre lo que ahora son la colonia Treviño y la Sarabia, el cual estaba ubicado entre la calzada Madero y la calle Colón, donde las calles adyacentes eran Reforma, Rayón, Jiménez y Pino Suárez. 

Edificios viejos, en mal estado y llenos de graffitis, con vidrios rotos, basura en las banquetas, y evidente estado de abandono. 

Indigentes durmiendo en las aceras, conviven con inmuebles casi en ruinas, con letreros de venta o renta, talleres, negocios, así como antros y “salas de masajes” son el escenario de este antiguo barrio.

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Iram Hernández / ABC Noticias.

El especialista en cultura Óscar Tamez indicó que se tiene un gran potencial en la zona, tanto para repoblar el polígono, como para magnificar el servicio artístico y cultural que se tiene ante la cercanía de la Casa de la Cultura; sin embargo, actualmente eso está perdido en una subcultura nada familiar. 

“Esa subcultura que se está generando en la zona tiene que ver con las personas que están de paso, cafés, hoteles, cantinas de la época alrededor de la estación del ferrocarril y el hecho que la estación dejará de funcionar hizo que se diera un giro en el comercio.

“El tipo de vivienda que se establece ya no es familiar, se quedaron las cantinas y sus derivados que podamos llamarles tables, antros y equivalente a las zonas rojas que había en la ciudad”, comentó el historiador Óscar Tamez.