Monterrey.- Desde su aprobación el pasado 15 de marzo por mayoría, el uso del voto electrónico en el Congreso del Estado ha sido tema de controversia en el pleno entre algunos legisladores.
El software donado por la Cámara de Diputados, fue puesto en práctica entre los diputados locales dos semanas antes de entrar en vigor de manera oficial, pero a pesar de ello algunos han tenido problemas al momento de su uso.
De inicio, a cada diputado se le entregó un teléfono nuevo con el software instalado. Se trata de un Samsung Galaxy A52 con costo de 7 mil 198 cada uno, según datos del Congreso del Estado de Nuevo León, significando un gasto de 302 mil 316 pesos por los 42 dispositivos sin especificar de donde fueron costeados.
Para poder emitir su voto respecto a lo tratado en el pleno, los diputados deben de realizar un registro facial para corroborar sean ellos quienes participen en la sesión y evitar se emitan votos por otra persona, y aunque la diputada Sandra Pámanes propuso integrar como medida de seguridad el registro de huella esto no fue aprobado.
Durante la reanudación de labores en el Congreso el pasado 21 de marzo, el diputado de la bancada del PAN, Carlos de la Fuente, señaló durante la votación de una iniciativa que su dispositivo estaba fallando y no podía emitir su voto, al igual que la diputada Iraís Reyes.
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Esta última del grupo legislativo de Movimiento Ciudadano señaló que desde la semana anterior de pruebas su sistema no reconocía su rostro, por lo que continuaba emitiendo su voto de la manera habitual.
También quien compartió tener problemas para usar el nuevo software fue la diputada Tabita Ortiz, quien dijo en la sesión del 22 de marzo que el reconocimiento facial también le impedía avanzar en la votación electrónica.
En la misma sesión y durante la votación de una iniciativa de Luis Susarrey, algunos diputados del PRI que no se encontraban en la sala solicitaron más tiempo de lo habitual para emitir su voto presuntamente por fallas en sus dispositivos, este dado a conocer a través de un consejero que pidió a la Mesa Directiva no cerrar el tablero de votación.
Anylú Bendición señaló que la votación electrónica favorecía a algunos diputados para que no se presentaran en el pleno, al mismo tiempo que propiciaba la falta de atención en los asuntos importantes a debatir en las sesiones y comisiones.