Monterrey.- Para contribuir a solventar la problemática del agua en Nuevo León, es necesario enfocarse en el ahorro y la reutilización del líquido, de acuerdo con el especialista Miguel Ángel López Zavala.
El ingeniero y docente del Tecnológico de Monterrey dijo para ABC Noticias que, lejos de la inversión en obras como Monterrey VI, las autoridades estatales pueden concentrarse en hacer un uso inteligente del agua local, además de facilitar la instalación de nuevas tecnologías que permitan la reutilización de aguas grises y la colecta de aguas pluviales en las viviendas.
“Hemos desarrollado estrategias que pueden variar, entre 70 y 90% de ahorro, son de captación de lluvia y tratamiento y reutilización de aguas grises, que son las descargas que no incluyen el sanitario. Son de lavabos, tinas, regaderas, lavadoras, de la cocina, aguas jabonosas.
“Con un tratamiento adecuado, las podemos usar para cualquier cosa, menos el consumo directo (para beber o cocinar): bañarnos, lavar ropa, para las descargas del sanitario, para regar áreas verdes, para todo prácticamente”, apuntó.
Luego de haber realizado parte de sus estudios en Japón, el científico destacó que, desde hace años, en ese país asiático se han implementado retretes que incluyen el lavabo en su estructura, para que, al asearse las manos, el usuario llene el tanque del mismo.
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El ingeniero geofísico Martín Bremer había adelantado que desde que se anunció el proyecto de Monterrey VI, que pretendía trasladar a la entidad agua del Río Pánuco, localizado en Veracruz, diversos especialistas promovieron alternativas que no implicaran una “obra faraónica”.
El tema resurgió gracias a Waldo Fernández y Judith Díaz, hoy senadores electos, quienes dieron a conocer que buscarán reanudar el plan hídrico, en coordinación con otras autoridades.
“Sí hay opciones, las hemos tenido desde el proyecto original, una de ellas es dotar al campo con agua tratada de la ciudad y sistemas de riego eficiente, porque allá se consume el 70% del agua en Nuevo León, pero con una eficiencia del 40%, a lo mucho, con el riego tradicional.
“Los sanitarios y las regaderas, construidas antes del año 2000, consumían entre 16 y 20 litros por operación. Si los cambiamos, con una inversión de 2 mil 500 millones de pesos (con recursos del gobierno estatal), podríamos ahorrar hasta 2 metros cúbicos por segundo, que es lo que ahora estamos echando literalmente al caño”, ejemplificó.
Sin embargo, López Zavala también destacó que se trata de una responsabilidad compartida entre la comunidad y niveles de gobierno, pues hasta ahora las campañas sobre el cuidado del agua se han limitado a la concientización, mientras que la legislación sobre asentamientos humanos no exige a las empresas constructoras modificar las estructuras para disminuir el desperdicio del líquido.