IP responde positivamente a nombramientos de Claudia Sheinbaum

Los mercados y la IP han respondido favorablemente a los nombramientos del equipo con que Claudia Sheinbaum gobernará a partir de octubre.

Créditos: X Claudia Sheinbaum
Por
Escrito en NACIONAL el

Ciudad de México.- Mañana se cumple un mes de que Claudia Sheinbaum ganó las elecciones presidenciales con el voto de casi 36 millones de personas y, pese a algunos obstáculos iniciales, como la volatilidad de los mercados nacionales y los amagues de la oposición, la virtual presidenta ha avanzado con tino en la designación del extenso gabinete que la ayudará a gobernar a partir del 1 de octubre próximo.

La semana pasada, la cuarta desde su triunfo, fue una de las más productivas para quien será la primera mujer presidenta de México, pues Sheinbaum nombró su segundo bloque de secretarios, se reunió con mil 200 mujeres, se fue de gira por el sureste con el presidente AMLO, y hasta tuvo tiempo de festejar su cumpleaños número 62.

Sin embargo, los reflectores se concentraron en la presentación de su segundo bloque de secretarios de estado, hecha el jueves 27 de junio, que se suma a la primera, realizada el 20 de junio.

De esta manera quedan formalizadas 12 posiciones clave dentro lo que será el nuevo gobierno, pero aún queda pendiente la que quizá sea la más esperada, por su importancia en la política nacional, la del secretario o secretaria de Gobernación.

Ven nombramientos de manera favorable

El consenso tras los segundos nombramientos del jueves pasado fue favorable, no sólo por los fieles correligionarios de la nueva mandataria, sino incluso por algunos miembros de la reacia oposición, así como por los mercados nacionales, que al momento parecen decididos a no seguir castigando el control que el partido del presidente AMLO tendrá en 23 de los 32 estados del país y, previsiblemente, también en las dos cámaras del Congreso de la Unión.

José Medina Mora Icaza, el presidente nacional de Coparmex, la cámara patronal mexicana, reconoció la trayectoria y experiencia de la nueva camada de secretarios, y dijo confiar en que estos tendrían apertura al diálogo.

Mientras, Francisco Cervantes Díaz, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), máxima cúpula privada del país, refrendó el compromiso de la mando de la Sener, y con David Kershenobich en Salud, se envía el mensaje de que habrá un buen trabajo en estos dos sectores, urgentes, dijo, por atender.

Aunque el actual y ratificado titular de Hacienda, Ramírez de la O fue mencionado en el evento del pasado jueves, no estuvo presente ya que se encontraba en Londres, en reuniones con inversionistas, con el fin de calmar el nerviosismo causado por la expectativa de que un partido de izquierda será el que controle muchos de los hilos que mueven a México.

La reforma que viene

El factor nerviosismo no se da solamente por el poderío de Morena como fuerza política, sino por su capacidad de llevar a cabo reformas constitucionales, al contar con las mayorías requeridas para ello tanto en la Cámara federal de Diputados como en la de Senadores.

Y de esas reformas la que ya ha comenzado a cocinarse desde febrero pasado, cuando el Presidente la lanzó, es la judicial, la cual implica amplios cambios en uno de los tres poderes de la Unión y, concretamente, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

La reforma judicial ha sido motivo de incertidumbre y volatilidad, al grado de que a esta se le atribuye el desliz que sufrió el peso mexicano desde las 17 unidades por dólar en que se encontraba antes de las elecciones, hasta las 18.2 unidades en que abre esta semana.

El proyecto legislativo pretende que jueces, ministros y magistrados sean elegidos por voto popular, y no designados sólo por su experiencia y trayectoria, como se ha hecho hasta ahora.

Sin embargo, algunos críticos opinan que esta medida lo único que haría es politizar un poder considerado independiente, como los es el del Ejecutivo y el Legislativo.

En el sector privado también hay dudas sobre la respuesta que el nuevo gobierno tendrá no sólo ante la volatilidad del tipo de cambio, sino ante el creciente déficit fiscal, las menores perspectivas de crecimiento económico y los recientes rebrotes inflacionarios.