Monterrey. - Las víctimas del incendio que consumió nueve tejabanes la noche de Navidad en la colonia Lorenzo Garza, al norponiente de Monterrey, negaron ser los responsables del siniestro que les arrebató sus hogares y respondieron a las críticas de los ciudadanos e internautas que los acusan de haber provocado su propia desgracia para obtener beneficios a costa de la caridad de la ciudadanía.
Don Luis, quien habita en la manzana devastada por el fuego, con su esposa y sus hijos pequeños, subrayó que ni él ni sus vecinos serían capaces de atentar contra su propio patrimonio, principalmente porque eso significaría arriesgar las vidas de sus seres queridos, además de todo aquello por lo que, con esfuerzo han logrado.
“Esa gente que está diciendo que nosotros lo provocamos, no es cierto, es mentira. Si no nos quieren ayudar, no digan nada. Nada más miren la publicación (de la nota) y no digan nada. Nosotros, cómo vamos a incendiar nuestra propia casa ¿Para qué vamos a tener esa maldad? Tenemos a nuestras niñas. No tenemos esa maldad de provocar el incendio”, declaró el padre de familia damnificado.
Con lágrimas en los ojos, Don Erick y Cecilia, quienes viven con sus hijos y nietos desde hace 12 años en la manzana devastada por las llamas, exigieron respeto a quienes ponen en duda la crudeza que significó para ellos perder todas sus pertenencias y sobre todo haber estado en riesgo de muerte.
“Estoy triste porque me quedé sin nada compa ¿Qué te puedo decir? Nos quedamos todos, nuestros vecinos, sin nada y no pudimos sacar nada (…) Estuvo fuerte, uno por lo que se apuraba más era por los niños”, externó el afectado.
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“No creo que sea justo que nos juzguen de esa manera. Está bien, todos tenemos necesidad, pero no así; para hacernos daños nosotros mismos, no”, mencionó la madre de familia.
Al respecto, el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas, calificó como injusto que las víctimas del incendio sean banalmente estigmatizadas por ciudadanos que desconocen la extrema necesidad en la que viven los afectados, sobre todo cuando “es el pellejo de su familia el que está en juego”, por lo que retó a los críticos y dudosos a visitar la zona siniestrada.
“Nada justifica perder todo tu patrimonio, para el apoyo que vas a recibir, ¿sacrificar tu patrimonio entero, la seguridad de tu familia, la certeza de dónde vas a dormir esta noche, si lo vas a hacer en la intemperie con tus hijos pequeños? ¡Por favor! Seamos un poquito más sensatos y vengan, vengan a ver realmente que hay necesidades muy agudizadas en toda esta zona y la gente lo único que quiere es ese apoyo para poder salir adelante, y aquí estamos, aquí seguiremos”, externó el edil.
Entre cenizas y destrucción, niños, jóvenes y adultos trabajaron durante el lunes de la mano de elementos de Protección Civil de Monterrey y de Servicios Públicos para retirar los escombros y sin nada, salvo con lo que llevaban puesto, algunos de ellos iniciaron la reconstrucción de sus casas, con barrotes, láminas y tablas de madera.
Personal del DIF de Monterrey y DIF Nuevo León, al igual que vecinos y voluntarios de sectores aledaños de Escobedo y García, acompañaron a los afectados y les llevaron alimento, ropa y calzado.
La noche del 25 de diciembre, nueve familias habitantes de un predio ubicado entre las calles Del Palmar y Bacteriólogos, se levantaron rodeados de lenguas de fuego que en cuestión de minutos consumieron hasta 12 años de trabajo y esfuerzo.
Una vez consumado el siniestro, los damnificados prosiguieron a levantar su comunidad pese a las cenizas del fuego y prejuicios.