México.- El 28 de septiembre se celebra el Día Mundial contra la Rabia, una fecha destinada a concienciar sobre la importancia de la prevención y control de esta enfermedad mortal que afecta tanto a humanos como a animales. La rabia, que se transmite principalmente a través de la saliva de animales infectados, es casi siempre letal una vez que aparecen los síntomas. Sin embargo, es prevenible mediante la vacunación. Ante la mordedura de un perro que pueda estar infectado, es vital actuar de inmediato para evitar consecuencias fatales.
Pasos a seguir tras la mordedura de un perro sospechoso de rabia:
1. Limpieza inmediata de la herida:
Lo primero que se debe hacer tras una mordedura es lavar la herida con agua y jabón abundante. Es crucial realizar esta acción durante al menos 15 minutos, ya que ayuda a reducir la cantidad de virus en la zona afectada. Si no se tiene jabón, usar solo agua es mejor que no limpiar la herida. Evita aplicar alcohol o cualquier otra sustancia que pueda irritar aún más la piel.
2. Buscar atención médica de urgencia:
La rabia es una emergencia médica. Tras limpiar la herida, acude de inmediato a un centro de salud para que un profesional evalúe la gravedad del caso y determine si es necesario comenzar con la vacunación antirrábica. El médico puede recomendar una serie de inyecciones profilácticas de vacuna contra la rabia, que deben administrarse lo antes posible para ser efectivas. En muchos casos también se administra inmunoglobulina antirrábica si es una mordedura de alto riesgo.
3. Identificar al animal agresor:
Si es posible y seguro, intenta identificar al perro que te mordió. Si el animal tiene dueño, es fundamental verificar si cuenta con su esquema de vacunación actualizado. En caso de que el perro sea callejero o muestre signos de enfermedad (como agresividad inusual, salivación excesiva o desorientación), es probable que deba ser puesto bajo observación por un veterinario o las autoridades de salud animal para confirmar si está infectado.
4. Informar a las autoridades de salud pública:
Notificar la mordedura a las autoridades locales es fundamental para que se tomen las medidas necesarias. Esto incluye la captura y observación del animal si es callejero o, en su defecto, la toma de muestras para análisis si el perro ha fallecido. Las autoridades también deben llevar un control epidemiológico para evitar posibles brotes en la zona.
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5. No subestimar el riesgo:
Aunque la rabia es poco frecuente en muchas regiones gracias a la vacunación, no se debe subestimar. Incluso si el animal parece sano, siempre existe la posibilidad de que esté infectado, ya que los síntomas pueden tardar en manifestarse. Por ello, cualquier mordedura de un perro debe considerarse potencialmente peligrosa hasta que se descarte el riesgo de rabia.
Este Día Mundial contra la Rabia nos recuerda la importancia de la prevención. La vacunación de animales domésticos y la concienciación sobre cómo actuar ante una mordedura son fundamentales para reducir el riesgo de rabia en los seres humanos. La intervención rápida puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en casos de exposición al virus.