Estados Unidos .- Una vez más la afición de Rayados se apoderó de Los Ángeles y convirtió la ciudad en una sucursal de Monterrey, llevando a territorio californiano lo más característico de la cultura regiomontana, la carne asada.
Música, comida y futbol dieron vida a las inmediaciones del Rose Bowl Stadium, desde horas antes del silbatazo inicial del juego contra River Plate, que en LA y el resto del mundo, ha dividido notablemente a mexicanos y argentinos.
Contrario a lo que pasó antes del debut mundialista contra Inter de Milán, hoy la afición regiomontana no hizo una previa en un bar ni una caravana rumbo al estadio.
Sino que, la indicación para los seguidores albiazules era reunirse en uno de los accesos del estadio, en donde también estuvieron presentes los hinchas de “Los Millonarios”, quienes llegaron alentando.
Los caminos se cruzaron y dieron paso a una guerra de porras, en la que River llamó equipo chico a Rayados, pero los albiazules respondieron recordándoles el descenso de 2011.
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En el sitio se hicieron presentes los jersey de Monterrey, los trapos y las banderas. Muchos aficionados lucieron con orgullo su sombrero que los identifica como nacidos en el norte del país y otros más le mostraron al mundo la música que caracteriza a la Sultana del Norte.
La joya de la corona fueron los asadores, ya con el carbón encendido y la carne a punto de asarse. Una vista que haría a cualquier regio sentirse como en casa.
Pero la fiesta albiazul no arrancó este sábado por la tarde, sino que fue el viernes por la noche, con una previa en la que se apoderaron de las calles californianas, pintando todo de un característico azul y blanco.
Cientos de aficionados se reunieron para alentar a su equipo, con fuegos artificiales que iluminaron el cielo angelino y la ilusión que enciende el ánimo regiomontano.