Ciudad de México.- La mañana en las instalaciones de Coapa tuvo una visita especial. Alana Flores, creadora de contenido y boxeadora, acudió al entrenamiento del América para acompañar a su pareja, el defensa uruguayo Sebastián Cáceres, en una jornada que dejó postales cercanas y espontáneas.
Flores estuvo en la zona perimetral del campo, detrás de la malla que delimita el área de trabajo del plantel, grabando fragmentos de la práctica. Desde ahí captó a Cáceres mientras conversaba con integrantes del cuerpo técnico y con algunos compañeros, en un ambiente distendido antes de continuar con los ejercicios. El defensor, relajado pero concentrado, intercambiaba gestos y sonrisas, consciente de la cámara que lo seguía a unos metros.
En otra de las tomas compartidas en su cuenta de TikTok, se aprecia a Alana caminando a un costado de la cancha, observando de cerca la dinámica del grupo. Su presencia no formó parte de ningún evento oficial, pero sí evidenció un acompañamiento personal que traspasa la rutina deportiva.
La relación entre ambos comenzó a llamar la atención a finales de 2024, cuando fueron vistos juntos en espacios públicos. Sin embargo, fue hasta febrero de 2025 cuando decidieron confirmar su noviazgo de forma abierta en redes sociales, mostrando imágenes juntos y mensajes que dejaban claro su vínculo.
Desde entonces, han compartido diferentes momentos que combinan lo personal y lo profesional, como viajes, entrenamientos y apariciones en eventos. En meses recientes, Cáceres ha manifestado su respaldo en situaciones complejas que vivió Alana, reforzando la imagen de una pareja sólida que se apoya en todas las circunstancias.
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Su visita a Coapa, entonces, se interpreta como algo más que un simple gesto. Es una muestra de cercanía y acompañamiento en medio de la intensa agenda competitiva del defensa americanista. Entre rutinas de entrenamiento, indicaciones técnicas y charlas con compañeros, las cámaras de Flores capturaron un instante más íntimo de la vida futbolística, donde el respaldo emocional también tiene un lugar.
Las imágenes difundidas por Alana muestran un lado menos visto del día a día del América: no hay estadios llenos ni celebraciones de gol, sino un espacio de preparación donde la vida personal se entrelaza con la profesional. Una mañana en la que, además del trabajo físico y táctico, hubo tiempo para un detalle que habla de apoyo, complicidad y de la importancia de estar presente.