Los Ángeles.- Con optimismo e ilusión, pero con un ambiente ‘apagado’ en comparación a las dos previas anteriores del Mundial de Clubes, es como la afición de Rayados disfruta los últimos momentos antes del partido contra Urawa en el Rose Bowl de Los Ángeles.
Atrás quedó la euforia de la primera caravana por las calles angelinas, que se tiñeron de azul y blanco y se llenaron de aliento hacia Monterrey; tampoco hay un enfrentamiento directo ni una guerra de porras que haga recordar a los mejores años del 'Tec', como contra River Plate.
Hoy reina el nerviosismo y la tensión, contra una educada afición japonesa que no reta a los albiazules, sino que disfruta del intercambio cultural en una sede neutral.
La afición de Rayados volvió a adueñarse de uno de los lotes en los alrededores del Rose Bowl. Otra vez regresó la carnita asada y la música norteña se escuchó en los alrededores del inmueble.
En un ambiente más familiar que pasional será como el Monterrey decida su destino ante un equipo que busca irse con una honrosa victoria, frente a la afición que lo ha acompañado desde el otro lado del mundo.
Te podría interesar
Hoy los Rayados volverán a ser mayoría en el estadio, como fueron contra Inter de Milán y River Plate. Además, se escucharán loas porras hacia el equipo, pero sin una marea albiazul que haga parecer como si Los Ángeles fueran una sucursal de la Sultana del Norte.
Foto: Cortesía
Incluso la llegada de los autobuses se vivió con menos emoción que de costumbre. Los canticos se hicieron presentes cuando arribó Rayados y los aficionados mostraron sus jerseys.
Mientras que la llegada de Urawa Red Diamonds pasó casi desapercibida, sin aficionados nipones alentando y con muy pocos regios que se limitaron a mirar sin abuchear a sus rivales de la tarde.