El Vaticano.- La mañana de este sábado 31 de diciembre, el Papa emérito Benedicto XVI falleció a los 95 años en el Monasterio Master Ecclesiae del Vaticano, luego de presentar algunos problemas de salud debido a su edad. De tal modo que surgieron las dudas sobre cómo será el protocolo fúnebre.
A pesar de que protocolo sería muy parecido al que se hace con un obispo retirado, en esta ocasion si habría algunas diferencias, dado a que el Papa era un jefe de estado, su funeral tendrá la asistencia de delegaciones oficiales de todo el mundo, por lo que antes de su funeral, el cuerpo podría estar durante tres días en la Basílica.
Cuando un obispo Emérito muere, se vela en su última sede episcopal, después se realiza la misa exequial de cuerpo presente, donde casi siempre es sepultado en dicho templo.
Cuando muere un Papa, la certificación de la muerte del Papa la realizan los cuerpos médicos de la Santa Sede, y una vez certificada la muerte, firman el documento de la defunción, donde comienzan los rituales específicos. Los médicos dan aviso al prefecto de la casa pontificia y él es quien dice oficialmente: “el Papa ha muerto”. En ese instante todos se arrodillan y comienzan los responsos.
De inmediato, comienza el turno de la vela por parte de los canónigos penitenciarios. Se encienden cuatro velas a los pies de la cama y se coloca un acetre con agua bendita y el hisopo junto al lecho mortuorio para los responsos de los prelados visitantes. Estando el cuerpo del Papa todavía en su lecho, hace su llegada el cardenal camarlengo, que viste con estola violeta y que es, durante la sede vacante, la más alta autoridad de la Iglesia católica.
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El camarlengo se acerca al cuerpo del Papa y con un pequeño martillo de plata golpea tres veces la frente y pronuncia el nombre de píla: De verdad el Papa ha muerto.
Después, se le retira del dedo el anillo llamado “del pescador”, símbolo del poder pontificio. Esta es la señal de que el reinado ha concluido. El anillo será roto junto con el sello de plomo del Papa ante los cardenales.
Después de concluir los primeros ritos, el cuerpo es retirado para ser lavado y revestido con los atributos papales.
Salvo que el Papa haya dicho lo contrario, el procedimiento exige que se le extraigan las vísceras, que son puestas en urnas que serán conservadas en la cripta subterránea de la iglesia de san Vicente y san Anastasio, frente a la Fontana de Trevi, en Roma.
Asimismo, serán cerradas todas las habitaciones del palacio apostólico, para que después el camarlengo informe al cardenal vicario de Roma que el Obispo de Roma ha muerto.
Posteriormente, el cuerpo se reviste con los atributos papales: sotana blanca, alba blanca, amito, estola, una casulla de color rojo (el color rojo es el color del luto papal) y mitra episcopal blanca. Es depositado en la capilla Sixtina, donde los miembros de la Santa Sede y los diplomáticos presentarán sus honores.
Al siguiente día, el cuerpo es trasladado a la Basílica de San Pedro, donde es colocado en un catafalco delante del altar de la confesión, donde estará para que los fieles rindan su último homenaje.
Luego de haber culminado el velorio, se realiza la misa de exequias, dirigida por el camarlengo y el decano del colegio cardenalicio; todos con ornamento de color rojo.
Después de culminar la misa, se llevará el féretro de ciprés con una cruz negra pintada sobre su tapa y forrado en color rojo hasta el lugar de su sepultura, mientras el coro entona en himno: líbrame Señor de la muerte eterna.
El papa emérito descansará en el lugar donde estaba el cuerpo de Juan Pablo II, en las grutas vaticanas, que fue subido a la basílica de San Pedro una vez que fue canonizado.
El ataúd será depositado dentro de otro plomo y antes de que el triple ataúd sea cerrado, un miembro de la casa leerá los hechos de más relevancia de su pontificado, y deposita dentro del segundo ataúd un tubo de metal que contiene un pergamino con su acta de defunción.
Cuando el ataúd toca el piso, el cardenal camarlengo echa sobre el mismo una cucharada de tierra y dice:Recuerda hombre que eres polvo, y en polvo te convertirás.
Lo mismo hacen los cardenales presentes, pero sin decir nada. Una vez concluido todo este ritual, se corre la lápida de granito que cierra la tumba.
Bruni ofreció una breve declaración sin preguntas para confirmar de viva voz esta "noticia triste" y aclarar los próximos pasos: el cuerpo del papa emérito será velado en la capilla ardiente que se abrirá en la basílica de San Pedro desde este lunes y el funeral tendrá lugar el jueves 5 de enero.
En este sentido, subrayó que Benedicto XVI pidió como última voluntad que su funeral fuera "lo más sencillo posible, solemne pero sobrio".
El Vaticano deberá ahora empezar a aclarar cómo se seguirán estos ritos en el caso de una figura como Ratzinger, el primer papa en renunciar al ministerio petrino en seis siglos, por lo que no existe un protocolo preestablecido para el caso de los "eméritos".