Washington. – La tragedia del submarino Titán, en la cual murieron los cinco tripulantes que habían descendido en las aguas del Océano Atlántico, ha causado conmoción a nivel mundial, sobre todo por la manera en cómo se habría producido el fallecimiento de los involucrados.
De acuerdo con la Guardia Costera de Estados Unidos, los viajeros fueron víctimas de una implosión catastrófica producida por el propio sumergible, que había desaparecido el pasado domingo 18 de junio.
¿Qué es una implosión catastrófica?
Una implosión es lo contrario a una explosión, entonces, implica que los objetos se contraigan de afuera hacia adentro debido a que la presión del exterior es mayor a la que hay en el interior, que fue lo que le terminó sucediendo a este sumergible de la empresa OceanGate.
La implosión catastrófica tiene relación con la presión del agua en altas profundidades, y si el submarino se sumergió más allá de un límite establecido, se expuso a una falla de esta magnitud.
En el caso del casco del submarino, éste está diseñado para soportar la presión del agua en su interior, sin embargo, cuando la presión externa es demasiado intensa causa deformaciones y puede colapsar la estructura del buque.
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El hecho que un submarino sufra una implosión en el fondo del océano, tal y como sucedió con el Titán, es un evento catastrófico que generalmente resulta en la destrucción completa de la embarcación.
Además, el colapso repentino y violento del sumergible puede generar ondas de choque que se propagan a través del agua, ocasionando la producción de fragmentos y escombros como resultado de este fenómeno.
Muerte habría sido instantánea
Mucho se ha hablado sobre la muerte de los tripulantes del Titán, sin embargo, cuando se trata de una implosión, el deceso puede ocurrir en cuestión de nanosegundos.
De acuerdo con Dale Mole, un antiguo médico de la Marina estadounidense que cedió una entrevista a la BBC, la muerte de los pasajeros “habría sido instantánea”.
Las víctimas del Titán han sido identificadas como: Stockton Rush, CEO de la compañía; Shahzada Dawood y su hijo Suleman Dawood, multimillonarios paquistaníes; Harmish Harding, el piloto del buque, y , explorador francés.