Nueva York.- Hay historias que parecen sacadas de un cuento o una novela por la forma en que se presentan.
Como lo ocurrido en Nueva York donde dos menores que fueron adoptados por la misma familia en diferentes tiempos y situaciones, resultaron ser hermanos bilógicos.
Frank y Victoria crecieron en Staten Island Nueva York pensando que su vínculo era por adopción, sin embargo, recientemente se dieron cuenta que son hijos del mismo padre y madre.
De acuerdo a medios locales, en 2004 Victoria fue abandonada cuando era un bebé dentro de un baño en el Richmond University Medical Center.
Claudia, la mujer que la encontró trabajaba en el hospital y fue ella quien la bautizó. La cuidó el tiempo necesario hasta que los servicios de protección infantil pudieron emparejarla con su familia adoptiva.
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Sus nuevos padres, Angela y Dennis, ya tenían un niño adoptado (Frank) y uno biológico, y luego procrearon una hija.
Victoria vivió todo ese tiempo junto con sus hermanos sin saber que era adoptada; fue hasta que cumplió 18 años que le informaron que de bebé había sido abandonada.
Recientemente Victoria, de 19 años, visitó con su familia adoptiva el lugar donde fue encontrada de pequeña.
“Se siente pesado pero es una manera muy agradable de saber dónde me encontraron”, comentó Victoria a Fox News.
¿Cómo se enteró Victoria que vivía con su hermano biológico?
Frank y Victoria quisieron investigar más sobre su origen así que buscaron más datos y se realizaron una prueba de ADN, fue ahí donde descubrieron que en realidad son 100% hermanos de sangre, tras vivir casi dos décadas en la misma casa sin tener idea.
“Mi hermano biológico, definitivamente fue algo loco y realmente no esperado en absoluto. Las posibilidades son locas.
“A ambos nos encontraron con un año y medio de diferencia y terminamos en la misma familia. Las probabilidades son increíbles”, dijo Victoria.
Angela y Dennis tampoco sabían que eran hermanos de sangre, lo único que sabían era que ella fue encontrada en el baño del hospital y Frank en una bolsa de pañales de una guardería.
“Estoy anonadada. Estoy anonadada. No puedo creerlo”, dijo Angela.