México.- Las tensiones entre Irán e Israel no son nuevas. A lo largo de las últimas cuatro décadas, ambos países han mantenido una relación hostil que ha escalado desde la retórica diplomática hasta enfrentamientos indirectos en conflictos regionales. Aunque nunca han entrado en guerra directa, el antagonismo entre ambas naciones es uno de los principales focos de inestabilidad en Medio Oriente.
Hasta finales de la década de 1970, Israel e Irán mantenían relaciones diplomáticas estables. Sin embargo, la Revolución Islámica de 1979, encabezada por el ayatolá Ruhollah Jomeiní, transformó por completo la postura iraní hacia Occidente e Israel. El nuevo régimen declaró a Israel como un “régimen ilegítimo” y lo bautizó como el “enemigo número uno del Islam”, alineando su política exterior con la causa palestina.
Desde entonces, Irán ha apoyado a grupos armados que consideran enemigos de Israel, como Hezbolá en Líbano y Hamás en Gaza, lo cual ha sido considerado por Israel como una amenaza directa a su seguridad nacional.
Último enfrentamiento
El conflicto volvió a encenderse el 13 de junio, cuando Israel lanzó una serie de ataques aéreos sobre territorio iraní, especialmente en sitios nucleares y bases militares como Natanz, Isfahán, Fordow y el reactor de agua pesada en Arak. En esos primeros días murieron numerosos científicos, generales y civiles iraníes .
En respuesta, Irán lanzó cientos de misiles balísticos y drones contra ciudades israelíes como Tel Aviv, Haifa y Be’er Sheva, incluso alcanzando un hospital en Be’er Sheva. Israel utilizó su sistema de defensa aérea Arrow 2 y 3, junto con misiles Patriot y THAAD, interceptando más del 90?% de los proyectiles enemigos.
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La semana pasada, tras intensos bombardeos, se firmó una tregua temporal el 23 de junio, respaldada por Estados Unidos e implementada tras ataques aéreos estadounidenses sobre las instalaciones nucleares iraníes (operación “Midnight Hammer”, 22 de junio).
Aunque la calma es frágil, el conflicto dejó un saldo aproximado de 600 muertos en Irán, 28 en Israel, y miles de heridos en ambos lados
Puntos clave
Ideología y religión: Irán, como república islámica chiita, se opone al sionismo y no reconoce la existencia del Estado de Israel. Israel, por su parte, ve al régimen iraní como una amenaza existencial.
Apoyo a grupos armados: Irán financia y entrena a grupos que han lanzado ataques contra Israel. Esto ha generado múltiples conflictos indirectos, especialmente en el sur de Líbano y la Franja de Gaza.
Programa nuclear iraní: Israel ha advertido que no permitirá que Irán desarrolle armas nucleares. Esto ha llevado a operaciones encubiertas, ciberataques y amenazas constantes de intervención militar.
Influencia regional: Ambos países buscan aumentar su poder en la región. Israel ha fortalecido alianzas con países árabes suníes (como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos), muchos de los cuales también ven a Irán como una amenaza.
¿Puede haber reconciliación?
A pesar de algunos esfuerzos diplomáticos internacionales para reducir las tensiones, las diferencias ideológicas, religiosas y geopolíticas hacen que una reconciliación a corto plazo sea improbable. Estados Unidos, aliado clave de Israel, también ha jugado un rol importante al imponer sanciones a Irán y apoyar la defensa israelí.
En resumen, la enemistad entre Irán e Israel es una combinación de factores históricos, religiosos y estratégicos. La tensión entre ambos sigue siendo una de las más delicadas del escenario global y cualquier confrontación directa podría tener consecuencias a gran escala en toda la región.