Monterrey.- Una fachada con grietas, un escudo del Estado lleno de manchas, luminarias quebradas, baños convertidos en bodega, una fuente con agua estancada, elevadores remolones que se atoran y un clima central caprichoso que a veces no quiere funcionar.
Estos son apenas algunos de los males que sufre la sede del Congreso estatal, inaugurada en mayo de 1985 en el centro de la Macroplaza y cuya mole gris hoy semeja un vetusto elefante que ya vio pasar sus mejores días.
Desde entonces, lo han ocupado 13 diferentes Legislaturas, todas encabezadas por el PRI o por el PAN, y le han hecho pocas mejoras y ni siquiera hay acceso para silla de ruedas en la sala del Pleno o las tribunas.
“Le han hecho algunos arreglos, remodelaciones, pero más a las oficinas, a la sala donde sesionan los diputados, las modificaciones que se le han hecho son muy pocas, y eso que ya no puede sostener más gente”, señaló el director del Archivo General de la Secretaría General de Gobierno, Héctor Jaime Treviño Villarreal.
La lista de los males no termina: los techos tienen marcas de humedad, dejan al descubierto cableado, hay lavabos en obra gris y la señal de Wi Fi es débil incluso en la sala del Pleno.
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En el Salón Bicentenario un baño descompuesto se convirtió en una bodega, aunque los de las bancadas son todo lo contrario, y eso que los diputados poco acuden al recinto, pues pueden sesionar y votar a distancia.
Muchos recuerdan que en junio del 2021 la diputada panista Myrna Grimaldo subió a la tribuna con un paraguas, exhibiendo las goteras que había en el salón de sesiones.
Al respecto, el presidente del Congreso, el panista Mauro Guerra, dio una enredada respuesta: “pese al intento de mantener el recinto en buenas condiciones, este necesita adecuarse a las necesidades de cada quien”.
El gobernador del Estado, Samuel García, prometió en septiembre de 2022 que crearía un nuevo Congreso, pero la iniciativa sigue congelada debido a su conflicto con el PRIAN.
La diputada de Movimiento Ciudadano Sandra Pámanes considera que existen los recursos suficientes para mejorar el recinto, pero se malgastan en asuntos como la recién aprobada votación electrónica.
“Esos recursos pudieron aplicarse a las mejoras de todas las instalaciones de este Congreso, nosotros decimos que es la casa del pueblo, pero debe estar en buenas condiciones”, dijo.