Monterrey.- Aunque Nuevo León se caracteriza por sus paisajes montañosos, hay una formación que no es natural, sino que se trata de un cerro de más de dos kilómetros de largo, formado por miles de toneladas de basura y escombro, que desde hace más de una década permanece a un costado de la carretera libre a Saltillo.
Este cerro de desechos a cielo abierto puede ser observado en un terreno conocido como Los Caballitos, en el kilómetro 58 de esta vía, a la altura del entronque a García, donde este municipio limita con Santa Catarina, y además genera una importante contaminación.
ABC Noticias realizó un recorrido por este espacio que sigue en funcionamiento, ya que se pudo observar actividad principalmente por un acceso en la avenida Heberto Castillo Martínez, donde al menos dos vehículos pesados ingresaban al depósito ubicado al interior del Rancho 13 de Mayo.
Así mismo, se registró la presencia de camionetas cerradas e incluso un caballo, presuntamente utilizado en un carretón para mover los residuos, mientras que del otro lado del terreno sobre la carretera se apreció maquinaria pesada.
Aunque encargados de un negocio de tarimas en el entronque a García y un puesto de comida en la carretera a Saltillo descartaron que hubiera actividad, trabajadores de una empresa de paquetería y otros comercios aledaños confirmaron que la actividad continúa de manera intermitente para no alertar a las autoridades.
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“De repente vienen camionetas, se meten, pero no sabemos lo que traen y luego ya amanece el escombro. No solamente es escombro; a veces vienen animales ahí y sí llega el olor para acá y afecta tanto a la colonia como a los puestos de comida”, expuso Guillermo Lara, trabajador de uno de los locales de alimentos.
Otros trabajadores incluso señalaron que recientemente hubo una quema de basura, por lo que tanto el humo como los malos olores llegaban hasta su sitio de trabajo, por lo que temen por su salud.
“Eso ya tiene unos 12 años; vienen por la noche, porque en el día no se ve movimiento. Queman basura ahí y se viene toda la peste para acá.
“Hubo un quemadero hace poco ahí, hace como una semana, había una humareda y hasta sacaron los carros de aquí”, apuntó el chofer Mario Guerra.
De acuerdo a trabajadores de esta zona, la megaescombrera permanecía operando desde 2010, y afirman que por su tamaño contamina a diario con partículas suspendidas de polvo.
Además, producto de las quemas de basura, la vegetación como nopaleras, arbustos y matorrales se encuentra en cenizas, aunado a ello, el escombro ha invadido un tramo del cauce del arroyo El Obispo.