Monterrey.- Más de 30 directores de albergues de la frontera norte de México alertaron por la saturación de estos espacios debido a las deportaciones masivas que se esperan con el gobierno de Donald Trump a partir de enero y podrían superar el millón de personas, y advirtieron que considerarían dejar de dar asilo ante la incapacidad de los centros.
Luis Eduardo Zavala, también vocero de los más de 30 responsables de albergues nacionales, pidió a Donald Trump actuar con apego a las leyes y respeto de los derechos humanos, además de solicitar diálogo entre autoridades para que este posible proceso de deportaciones masivas sea ejecutado de la manera más humana posible.
“Hay que ver si Estados Unidos contempla la logística y recursos para deportar a los países de Centroamérica y Latinoamérica; si México es quien va a recibir a estas personas retornadas, replantearíamos nuestra identidad de acoger a estas personas.
“Pedirle compasión y apego a las leyes públicas migratorias que favorezcan el bien común, y que verdaderamente actúe conforme al orden legal internacional para que las redadas no sean de manera violenta o forzadas”, mencionó el padre Luis Eduardo Zavala, director de Casa Monarca en Nuevo León.
La reunión anual de la Red Pedro Pantoja, se llevó a cabo en la casa de retiro, Santa María de los Ángeles, en el municipio de Allende, Nuevo León, donde desde el lunes y hasta el día de ayer, buscaron desarrollar planes emergentes para hacer frente a los inminentes arribos de migrantes en la frontera mexicana.
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Donde señalaron para ABC Noticias, que la principal preocupación es que actualmente miles de migrantes se encuentran varados en los seis estados fronterizos, mientras una caravana de 2 mil 500 personas avanza por Chiapas hacia el norte.
Ante la falta de personal y recursos para atender esta crisis humanitaria, los albergues piden con urgencia el apoyo de los gobiernos municipales, estatales y federales para hacer frente a esta situación, exigiendo una respuesta inmediata para poder brindar la ayuda necesaria a quienes buscan un futuro mejor.
“Es una gran preocupación por lo que pueda pasar después del 20 de enero, sobre todo porque todavía tenemos muchos migrantes varados en las franjas fronterizas, estamos muy preocupados todos, por lo que pueda suceder”, señaló el padre Francisco Gallardo, representante de la frontera de Tamaulipas.