Monterrey.- La presa Salinillas, la única de Nuevo León que no había mostrado signos de recuperación tras la tormenta Alberto, comenzó a crecer exponencialmente a partir del pasado 13 de noviembre, amaneciendo este miércoles con un llenado del 60 por ciento, cuando la semana pasada almacenaba la mitad.
Este pequeño embalse –con una capacidad de hasta 19 hectómetros cúbicos–, abastece al municipio de Anáhuac, pero durante la crisis hídrica del 2022 llegó a estar tan raquítico que se le tuvo que enviar líquido de la presa vecina Venustiano Carranza, del estado de Coahuila.
Todavía el miércoles de la semana pasada, la presa anahuaquense apenas guardaba 5.79 hectómetros cúbicos, equivalentes a un 30 por ciento de su capacidad de almacenamiento.
Y es que, cabe recordar, el municipio de Anáhuac fue de los menos beneficiados durante la temporada de lluvias, e inclusive en julio se le registró como “anormalmente seco”, condición que todavía padece hoy en día, según el monitor de sequía de la Conagua.
Sin embargo, actualmente, Salinillas cuenta con 11.39 hectómetros cúbicos de agua: casi la tercera parte de la presa La Boca, y la tendencia alcista indica que podría llenarse próximamente.
Te podría interesar
Inclusive, desde el 15 de noviembre, el embalse estuvo recibiendo a diario, en promedio, mil millones de litros, es decir, un hectómetro cúbico.
Por su parte, las grandes presas nuevoleonesas, El Cuchillo, Cerro Prieto y La Boca, permanecen rebosantes y con sus compuertas cerradas, con llenados del 104,115 y 98 por ciento, respectivamente, de acuerdo con el último reporte del Organismo de Cuenca Río Bravo de la Conagua.
El pasado 8 de julio, ABC Noticias publicó que, tras el paso de Alberto, ni un solo municipio de Nuevo León padece sequía, aunque los municipios de Anáhuac, Bustamante, Lampazos de Naranjo, Doctor Arroyo, y Mier y Noriega en ese entonces todavía se encontraban “anormalmente secos”.