Monterrey.- A Wilfredo amenazaron con golpearlo si insistía en pedir que le pagaran el sueldo acordado por una semana de trabajo; a René lo corrieron de la construcción y del cuartito que le rentaban cuando se accidentó mientras laboraba, y a Herlinda la despidieron cuando se enteraron que estaba embarazada.
Estas historias de abusos laborales y hasta de derechos humanos no ocurrieron en Estados Unidos ni en algún pueblo fronterizo, sino en la zona metropolitana de Monterrey, y de acuerdo con testimonios de migrantes y organismos civiles, se han vuelto una constante.
Empleos mal pagados, discriminación laboral, rentas elevadas, falta de atención médica y exclusión social son algunas de las situaciones que sufren diariamente hombres y mujeres provenientes principalmente de Honduras, El Salvador, Nicaragua, Venezuela, Cuba, Guatemala y Haití, señalan activistas y defensores de migrantes.
Datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación, confirman que, en Nuevo León, las solicitudes de estancia de migrantes ha ido en aumento, pues en 2021 se contabilizaron 655 mil 243 y en el 2023 la cifra paso a 974 mil 454, mientras que en lo que va de este 2024, con corte al mes de marzo, se tiene registro de 232 mil 450.
De este universo, oficialmente se tienen contabilizados 49 mil 500 personas nacidas en el extranjero con residencia legal en el estado y permiso para trabajar, aunque no todos en las mismas condiciones, pues hay quienes llegan con empleo bien remunerado y quienes sólo pueden ofrecer mano de obra barata.
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Nuevo León, por su cercanía con Estados Unidos y su oferta de trabajo, se vuelve un estado de tránsito con un flujo constante de migrantes extranjeros que se enfrentan a los abusos, la discriminación y la violencia.
De acuerdo con Eduardo Zavala de Alba, fundador de Casa Monarca, pese a los programas y políticas públicas empleadas por las autoridades para la erradicación de la xenofobia, las condiciones de vulnerabilidad y los abusos que enfrentan las personas en situación de migración siguen siendo muy grandes.
“Hay personas que abusan no sólo en la parte laboral, sino también en la parte inmobiliaria porque suben la renta cuando quien la solicita es un migrante que necesita una vivienda y se escuchan historias de terror”, explicó.
La activista Raquel Romero, de la asociación civil Libre Mariposa, aseguró que tienen documentados los abusos que sufren los migrantes en situación irregular.
"Les dicen que les van a pagar mil 500 pesos a la semana, llega el día y no se les paga, o les pagan la mitad, y si protestan, el empleador lo que hace es amenazarlos", detalló.
Provenientes de Honduras, El Salvador, Nicaragua, Venezuela, Cuba, Guatemala y Haití, unas 2 mil 300 personas fueron alojadas en casa Monarca durante el 2023, de las cuales 445 fueron integradas a un empleo.
La encuesta Así Vamos 2023, la más reciente en este tema, indica que la xenofobia aún persiste en la sociedad regia, al registrar que el 43.6 por ciento de la población considera que aumento de migrantes está relacionado con el incremento de la inseguridad.
“Falta mucha educación en este tema, hay que sensibilizar y crear conciencia de que el fenómeno nos ha alcanzado y por ello hay los canales institucionales y de la sociedad civil que pueden ayudar para asesorar”, narró.
En un recorrido hecho por ABC Noticias, las personas que migran a Nuevo León de diferentes países informaron que han sido abusados laboralmente al recibir poco salario por trabajos pesados y largas jornadas laborales, además de sufrir amenazas y violencia.
“Casi todos estamos inconformes aquí, porque no pagan lo que es, aparte de que te amenazan diciendo ‘le vamos a llamar a Migración’”, aseguró Wilfredo Rauda, migrante de Honduras.
Además de proporcionarle menos de 400 pesos por más de 12 horas laboradas, los migrantes se quejan de que los empleadores los amenazaron con golpearlos, llamarle a migración o simplemente no pagarles el dinero que les corresponde por su trabajo.
“Te quieren golpear, ya cuando uno le dice ‘ya no te voy a trabajar, págame lo que me debes, es mucho trabajo lo que te estoy haciendo’ y nos dicen que nos van a golpear si no seguimos trabajando para ellos, y no le pagan a uno”, afirmó Rauda.
René Morales, migrante salvadoreño, aseguró que un empleador que contrata a migrantes para “explotarlos” con trabajos pesados, lo despidió después de que se accidentó durante su jornada laboral, además de no pagarle el salario y sacarlo del cuarto donde le daba hospedaje mientras trabajaba para él sin justificación.
“Me dijo que había sido mi culpa (el accidente), y no me quiso dar nada, y ya ahí tuvimos la discusión y me dijo que desocupara el cuartito, porque era una bodega donde él tenía todas sus cosas donde me dejaba quedarme, pero esa fue la excusa que tuvo para correrme y no darme ni un cinco”, aseguró René Morales.
Las mujeres migrantes también sufren discriminación por el simple hecho de ser mujer o traer con ellas a sus hijos, por lo que, los empleadores deciden no contratarlas, alegando que no pueden hacer el trabajo de un hombre o para evitar la responsabilidad de los hijos de ellas.
“Sólo un día me aceptaron y cuando supieron que estaba embarazada, me rechazaron, a veces me pagaban el día y a veces no, a veces sólo la comida ganamos. Nosotros no estamos buscando que nos regalen, sino que algo para que nosotras podamos ganar el día”, informó Herlinda Pop, quien migró de Guatemala, con su otra hija y su hermana.