Monterrey. - Protección Civil de Nuevo León informó este jueves 29 de agosto que vigilan una zona de baja presión en el océano Atlántico.
La información fue dada a conocer por la Comisión Nacional del Agua y posteriormente replicada por las autoridades estatales, ya que, se tiene un 40 por ciento de probabilidad de desarrollo ciclónico en siete días.
“Desde nuestro Centro de Operaciones de Emergencia de Protección Civil Nuevo León seguiremos monitoreando y actualizando la trayectoria de este sistema de baja presión”, escribieron en su cuenta de Facebook.
Por su parte el gobernador Samuel García señaló que esta semana venía mucha lluvia.
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“Mucha lluvia GAD, 100 a 125 mm y atentos con este fenómeno…Buen día”, se pronunció el mandatario estatal.
Hasta el momento las autoridades de Nuevo León no han dado más detalles sobre este nuevo fenómeno que se mantiene en vigilancia y sobre los efectos que podría traer a la entidad.
En caso de convertirse en ciclón tropical, llevaría el nombre de Francine, el cual sería la quinta tormenta tropical con nombre propio de esta temporada, luego del paso de Alberto, Beryl, Chris, Debby y Ernesto, de los cuales tres (Beryl, Debby y Ernesto) alcanzaron categoría de huracán y solo uno (Beryl, que duró dos semanas) se convirtió en huracán mayor, de categoría 5.
Cabe recordar que el pasado 27 de junio, Samuel García alertó que se esperaban varios fenómenos meteorológicos para la entidad.
“Trece fenómenos, todos estos en el Golfo, todo lo que llegue al Golfo va a traer lluvias fuertes a Nuevo León. Todavía no llegamos a julio y ya tenemos dos más que vienen en camino y todos sabemos que el mes más fuerte de lluvias en Nuevo León es agosto”, dijo en su momento Samuel García.
¿Qué es una zona de baja presión?
Una zona de baja presión es un área en la atmósfera donde la presión del aire es más baja en comparación con las áreas circundantes.
En estas zonas, el aire caliente tiende a subir, ya que es menos denso. A medida que el aire asciende, se enfría y puede condensarse en forma de nubes y precipitación, lo que puede llevar a condiciones meteorológicas como lluvia, tormentas o incluso huracanes, dependiendo de la intensidad de la baja presión.
Las zonas de baja presión suelen asociarse con tiempo inestable y tormentoso, mientras que las zonas de alta presión tienden a traer condiciones más estables y despejadas. La formación y movimiento de estas zonas juegan un papel crucial en la meteorología y en la predicción del clima.