Monterrey.- Preocupada por la integridad de su pequeña y con la esperanza de poder pasar las próximas fiestas navideñas en familia, la señora Azucena Romay urgió a la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León a avanzar en su caso para poder recuperar a su hija Estrella.
La madre denunció que su expareja, Gerson Pérez, agredió físicamente a la menor de cinco años y a su hermano Ángel, de 12, el pasado 29 de julio, utilizando un cinturón y un palo.
Las agresiones, señaló, dejaron no solo marcas visibles, sino también profundas secuelas emocionales en los niños.
Aunque ha presentado denuncias ante el CODE de Juárez, Romay afirmó que el caso no ha avanzado.
Explicó que, debido a una custodia compartida, solo tiene bajo su cuidado a sus dos hijos mayores —de 14 y 12 años—, mientras que su hija menor continúa viviendo con su padre, a quien acusa de ser su agresor.
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La joven madre relató que interpuso una querella por sustracción de menor, luego de que una maestra del jardín de niños Rufino Tamayo, ubicado en la colonia Santa Mónica, entregara a Estrella al padre sin autorización. Desde entonces, dijo, no ha podido verla.
“Una maestra, sin saber, se la entregó a su papá. No me deja verla. Familiares me dicen que la tiene encerrada. Mi hija y mi hijo me dijeron que ya no querían vivir con él porque les había pegado. El niño logró salirse, pero mi niña sigue con su agresor”, expresó con angustia.
Romay comentó que trabaja en una fábrica para sostener a su familia, a diferencia de su expareja, quien solo consigue empleos eventuales. Recordó que, tras la separación, él debía pagar una pensión de 600 pesos, pero al cambiar de trabajo le exigió aumentarla a 3 mil 600, cuando aún vivían los tres menores con ella.
La madre lamentó que ni en la Fiscalía ni en el DIF municipal ha recibido el apoyo que esperaba, y hoy su única petición es poder reencontrarse con su hija.
“A los funcionarios que son padres, a las licenciadas de la Fiscalía que son madres, les pido que se tienten el corazón. Estoy desesperada por no poder ver a mi hija, que está chiquita, y con el temor de que siga recibiendo malos tratos o sea agredida otra vez”, dijo entre lágrimas.