Monterrey.- Entre lágrimas, anécdotas, recuerdos, y campanadas, fieles católicos le dieron el último adiós al Papa Francisco, quien falleció este lunes a los 88 años en su residencia de la casa Santa Marta del Vaticano, tras 12 años como líder espiritual de la Iglesia católica.
En punto de las 12:00 horas de este lunes en la Basílica de Guadalupe en la colonia Independencia, se ofreció una misa solemne a cargo del padre Gustavo Becerra Román, de la Diócesis Matamoros de Reynosa, quien detalla que su partida fue sorpresiva y deja un gran legado de enseñanza, bondad y fe en toda la humanidad.
“Es algo que ahorita la Iglesia está viviendo y vamos a seguir en oración por él y honrar su memoria que nos alimentó a muchos con su gran ejemplo, un Papa que fue guiando con esa fe que él razonaba de una manera tan extraordinaria que nos ayudaba a interiorizar los misterios de la fe”, indicó.
Tras una neumonía bilateral que requirió una hospitalización en la que recibió tratamientos y antibióticos como terapia por 38 días, su muerte deja una pena entre miles de creyentes y devotos del catolicismo.
Evangelina Tristán, una creyente, contó cómo en varias ocasiones tuvo la oportunidad de Viajar a Polonia y estar de cerca del máximo pontífice de la Iglesia Católica, cuyo nombre secular fue Jorge Mario Bergoglio.
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Después de cargar con un tema personal y estar cerca de él, durante unas jornadas vocacionales, su partida le duele, pero le deja grandes enseñanzas.
“Ahora que muere él, para mí son sentimientos encontrados, porque es un personaje muy importante, su misión apenas empezaba más grande y a mí en la vida me ayudaba porque muchas veces ante las situaciones me sentía débil y escuchar su testimonio me daba esperanza de seguir adelante y Dios me hacía fuerte, cuando me sentía débil”, narró.
Mientras que Sara Rodríguez, otra creyente, señaló que la noticia la tomó por sorpresa, sin embargo, entre los fieles católicos se sienten plenos porque recibieron su última bendición.
“Sí sorprendió y más en el día en que se fue, pero estamos conmocionados, pero también contentos porque nos dio sus palabras bonitas y nos alcanzó a dar su bendición”, dijo.
Las funciones oficiales quedan a cargo del cardenal irlandés-estadounidense Kevin Farrell, también tiene la responsabilidad de destruir el anillo y el sello de plomo del Papa, que se utilizan para autenticar documentos oficiales, para que nadie más los pueda usar.
El período de duelo suele durar nueve días, y las normas eclesiásticas establecen que estos actos deben comenzar entre el cuarto y el sexto día después del fallecimiento del Papa.
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