Monterrey.- A tres décadas de haberse constituido como área natural protegida, el Parque Ecológico Chipinque ha experimentado una profunda transformación ambiental, con avances importantes en la conservación de flora y fauna. Sin embargo, autoridades del parque advierten que el reto principal sigue siendo la conciencia ciudadana sobre el cuidado del entorno.
Actualmente, más de 50 personas trabajan de forma activa en tareas de reforestación, monitoreo de especies y educación ambiental, buscando preservar los ecosistemas del parque y evitar afectaciones provocadas por los visitantes.
Durante las actividades realizadas este 2 de agosto para reflexionar sobre el papel ecológico de Chipinque, se destacó el aumento de especies avistadas, el control de flora invasora y el reforzamiento de senderos para minimizar el impacto humano.
Uno de los principales llamados fue el de proteger la vida silvestre ante atropellamientos y encuentros riesgosos.
“Uno de los retos más grandes es generar conciencia en la gente. No basta con venir a disfrutar la naturaleza; hay que protegerla”, enfatizó Lorena Vázquez, directora del parque.
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Chipinque, que inició en 1994 como una reserva natural con caminos erosionados y escasa regulación, hoy cuenta con cámaras de videovigilancia para fauna, programas de ciencia ciudadana y protocolos para proteger especies como osos negros, venados, aves rapaces y reptiles.
Además de las exposiciones y recorridos realizados, el equipo del parque reiteró que los visitantes son pieza clave para continuar con la mejora del entorno. Acciones como no alimentar animales, reducir la velocidad en carretera y llevarse su basura marcan la diferencia para asegurar el futuro ecológico de Chipinque. El llamado es claro: disfrutar, pero también respetar.