Monterrey.- Representantes de cámaras empresariales, sindicatos independientes y autoridades del Gobierno de Nuevo León solicitaron al Congreso local que la reforma para reducir la jornada laboral a 40 horas semanales se implemente de manera gradual y flexible, a fin de evitar impactos negativos en la productividad y el empleo formal.
Durante una Mesa de Análisis organizada por la Comisión del Trabajo del Congreso del Estado, los distintos sectores coincidieron en respaldar la propuesta, pero subrayaron la necesidad de evitar una aplicación abrupta.
Además, anunciaron que la iniciativa será llevada a la Cámara de Diputados, en Ciudad de México, como propuesta formal del Congreso de Nuevo León.
Vanesa Álvarez, representante de la Cámara de la Industria de Transformación (Caintra) Nuevo León, propuso reducir una hora laboral por año hasta alcanzar las 40 horas, así como mantener la flexibilidad en los esquemas de trabajo y evitar que el sábado sea obligatorio como día de descanso.
“Estamos de acuerdo con la reforma, pero necesitamos una transición con balance. Pedimos que se respete la flexibilidad en la organización de horarios y que no se imponga el sábado como descanso obligatorio, porque no todas las industrias pueden operar así”, señaló Álvarez.
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El secretario del Trabajo del gobierno estatal, Federico Rojas, dijo en entrevista que el Estado está a favor de la reducción de la jornada laboral semanal, así como de que esto se realice de forma gradual.
''Queremos que sea una gradualidad, sin afectar la productividad, que no lleguemos abruptamente a hacer una reforma en donde sea menoscabada la productividad y sea contraproducente, queremos hacer las cosas bien. Estudios señalan que se va a impactar a 140 mil trabajadores.
“Estamos a favor, pero hay que hacerlo bien. Estudios preliminares estiman que esta reforma impactará directamente a 140 mil trabajadores en Nuevo León”, advirtió.
Héctor Morales, presidente de la Comisión del Trabajo del Congreso local, anunció que el proyecto será socializado con empresarios y ciudadanía en un plazo de 15 días, y posteriormente presentado en Ciudad de México como iniciativa del Congreso de Nuevo León.
“Llevaremos esta propuesta a la CDMX con el respaldo de los sectores que aquí participaron. Queremos que sea una reforma justa, viable y con impacto positivo para todos”, afirmó.
Por su parte, César Garza, de Coparmex Nuevo León, advirtió que sin un plan gradual y sin apoyos a las micro, pequeñas y medianas empresas, la reforma podría incentivar la informalidad laboral.
“Más que una carga, esta reforma debe ser una oportunidad para formalizar más empleos. Pero sin gradualidad, podría provocar lo contrario”, expresó.
Desde el ámbito de recursos humanos, Amado Díaz Pérez sugirió incluir en la legislación una prima especial para trabajadores del turno nocturno, argumentando que ese horario implica un mayor esfuerzo físico y mental.
Además, recordó que reducir la jornada no significa eliminar días laborales, especialmente en sectores como comercio y servicios donde el sábado es un día clave para la operación.
En el sector público, Ricardo Cavazos, titular del Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado (SUSPE), informó que ya se trabaja en una reforma a la Ley del Servicio Civil para que los burócratas estatales también se integren al nuevo esquema de jornada reducida.
Por parte del sector sindical, Pablo Rodríguez, del sindicato Fenasa, solicitó mantener el plan original de implementación escalonada hasta el año 2030, para dar tiempo a las empresas a planear su transición.
Cabe recordar que el pasado 1 de mayo, la presidenta electa Claudia Sheinbaum anunció la apertura de mesas de diálogo nacionales para buscar un consenso con empresarios, trabajadores y sindicatos sobre la aplicación gradual de la jornada de 40 horas semanales.