Santa Catarina. - La Secretaría de Medio Ambiente de Nuevo León aplicó una suspensión en un tiradero clandestino ubicado en el cauce del Arroyo El Obispo, en Santa Catarina, donde se localizaron toneladas de basura a escasos metros de una mega escombrera clausurada desde hace más de seis años.
Durante el operativo, encabezado por el titular de la dependencia, Raúl Lozano, se detectaron residuos de todo tipo, entre ellos chatarra, escombros, llantas, restos de comida y tambos con líquidos contaminantes que representan un riesgo directo para el suelo, el agua y la salud de la población.
En la acción, las autoridades aseguraron un camión que ingresaba a descargar desechos y detuvieron a un hombre en flagrancia, quien fue puesto a disposición de las instancias correspondientes.
“Este lugar fue suspendido; también se aseguró un camión que llegaba a descargar y un hombre fue detenido en flagrancia. Esta situación pone en riesgo el agua, el suelo y sobre todo la salud de las familias de Nuevo León”, señaló Lozano.
Además del aseguramiento, personal de la Secretaría informó que en el predio se encontraron tickets y notas de distintas empresas, documentos que servirán como evidencia para iniciar auditorías a las compañías presuntamente relacionadas con el depósito de desechos en el tiradero.
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La dependencia revisará si dichas firmas cuentan con los permisos necesarios para el manejo de residuos y, en caso contrario, se les aplicarán sanciones.
El gobierno Estatal reiteró que continuará reforzando los operativos de inspección y vigilancia para detectar y clausurar tiraderos clandestinos en la entidad, al tiempo que hizo un llamado a la ciudadanía y a las empresas a cumplir con las disposiciones ambientales para evitar daños irreversibles al entorno.
Suspenden centro de acopio clandestino de residuos en Escobedo
Esta semana también se suspendió temporalmente a un predio dedicado al acopio y venta de residuos ubicado en el municipio de Escobedo.
La acción fue resultado del trabajo conjunto entre la División Ambiental y la Procuraduría Ambiental del Estado, quienes confirmaron que el sitio operaba fuera de la normatividad, almacenando residuos de manejo especial a cielo abierto y sobre suelo natural, sin las medidas mínimas de protección ambiental requeridas por la ley.
De acuerdo con el reporte oficial, el predio ocupaba una superficie de aproximadamente 5 mil 900 metros cuadrados, en la cual se acumulaban materiales que, por su composición, representan un riesgo latente de incendio. Un accidente en estas condiciones podría liberar emisiones contaminantes a la atmósfera, comprometiendo la calidad del aire en la Zona Metropolitana de Monterrey.
Tras documentar la situación, las autoridades impusieron la suspensión total de actividades en el lugar. Asimismo, se ordenó la limpieza inmediata del predio y la disposición adecuada de los residuos, labor que deberá realizarse exclusivamente con empresas autorizadas para el manejo de este tipo de materiales.
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