Monterrey.- Para muchos abuelos, llegar a fin de mes se ha convertido en una batalla silenciosa, ya que la pensión que reciben, en muchos casos, resulta insuficiente para cubrir lo más básico: servicios, alimentos, medicinas e incluso el techo bajo el que viven.
En México, el Día de los Abuelos se conmemora cada 28 de agosto como un reconocimiento al papel invaluable que los adultos mayores desempeñan dentro de las familias y la sociedad.
Sin embargo, detrás de los abrazos y felicitaciones, persiste una dura realidad: la de las pensiones mínimas.
Tal es el caso de Martha Tapia Gaspar, abuela de tres jóvenes, quien trabajó durante 30 años como farmacéutica, pero que hoy, a sus 71 años, enfrenta serias dificultades económicas, quien se ha retrasado con los pagos de su vivienda, ya que su pensión de 5 mil 400 pesos y los 6 mil pesos de la pensión bimestral del Bienestar para Personas Adultas Mayores, no le son suficientes.
“Tengo que estar pagando mi casa y no la estoy pagando porque no tengo dinero, ya tengo 10 años que me pensioné y, en la pandemia, dejé de abonar por todo lo que pasó. La pensión no me alcanza, es de 5 mil 400 pesos al mes y recibo apoyo del Gobierno, pero también tengo que pagar agua, luz, gas. Yo trabajé 30 años y me dieron muy poquita pensión, trabajé en farmacias”, relató.
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Una situación similar enfrenta Celia Domínguez Flores, abuela de seis nietos y bisabuela de siete, cuyo único ingreso fijo es la pensión del Gobierno federal, por lo que se esfuerza por vender ropa en el mercado, aunque reconoce que a veces no logra recaudar lo suficiente. Sus dos hijos la apoyan pagando la renta y los servicios básicos de su hogar.
“Yo saco para mis gastos de la comida y mis gastos personales. El Gobierno me ayuda, pero a veces no me alcanza; mis amigas del baile me apoyan, me regalan ropa y yo la vendo en el mercado, aunque a veces no saco mucho”, compartió.
En contraste, Mario Albeldaño y Cande Martínez, una pareja de abuelos con siete nietos, actualmente gozan de mayor estabilidad económica gracias a que reciben tres pensiones: una del IMSS por 3 mil 500 pesos, otra por haber trabajado en Ferrocarriles de 8 mil pesos y el apoyo federal bimestral de 6 mil pesos.
No obstante, recuerdan que no siempre tuvieron esta tranquilidad. Durante varios años sobrevivieron únicamente con el apoyo de Ferrocarriles, lo que resultaba insuficiente para cubrir los gastos médicos y del hogar.
“Sí tuve bastantes problemas económicos porque antes sólo teníamos la ayuda del ferrocarril y no completábamos porque Cande ocupaba más dinero para el medicamento, no alcanzábamos. Un medicamento me lo da el IMSS y otro lo compramos, pero hay medicamentos que nos cuestan 700 pesos”, recordó Mario.